INDUSTRIA AERONÁUTICA

Animarse a viajar con un bebé

Muchos padres tienen miedo de viajar con un bebé porque no saben cómo va a reaccionar éste a los distintos estímulos nuevos: si se le van a tapar los oídos en el avión, si los demás pasajeros se van a quejar de su llanto. Además, está el factor equipaje: son tantos los bolsos y bártulos que tenemos que llevar para un bebé que a veces no tenemos manos libres para maniobrar con todo ni espacio suficiente para meter las distintas pertenencias.

Sin embargo, hay varios factores que pueden hacer que nuestro viaje con un bebé (o más) sea mucho más llevadero para todos y así le empecemos a tomar el gustito, como esta familia que empezó a viajar por el mundo con una bebita de poco más de tres meses. Al cumplir un año, la niña ya había recorrido 12 países ¡y sigue viajando!

La mirada ajena

Lamentablemente, por lo general los pasajeros de un avión o micro de larga distancia se muestran muy poco amigables para con los padres que viajan con bebés (aunque siempre hay excepciones, por supuesto). Muchas veces los miran mal cuando éstos lloran, gritan o juegan. Obviamente como padres, hay que intentar que nuestros hijos se mantengan lo más controlados posible y que no molesten a los demás, pero hay cosas inevitables que no deberían recibir miradas de reproche por parte de nadie…

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