Hace unos años, sólo Air France tenía un negocio poderoso de mantenimiento de aviones. Incluso hoy, mientras la aerolínea pierde dinero transportando viajeros, gana reparando los aviones de otros. Esta es una lección que ha sido imitada por Lufthansa, su rival alemán.
En 1995, Lufthansa creó Lufthansa Technik (LHT), que inicialmente simplemente era el nombre que tenía el mantenimiento de sus aviones. Pero en los veintitres años que lleva operando, las cosas han cambiado mucho. Hoy, el 70 por ciento del negocio de Lufthansa Technik proviene de otras aerolíneas, al tiempo que, naturalmente, sigue cuidando de sus aviones.
El secreto del crecimiento de Lufthansa no está en Europa. Ni siquiera en América, sino en Asia. Allí lleva años luchando por atender y servir los aviones de muchas aerolíneas locales que no tienen dimensión para abrir sus propios talleres y que ganan si apuestan por un tercero. LHT en realidad es un negocio autónomo, que se busca la vida más allá de su casa.
Lufthansa, por ejemplo, atiende la flota tanto de Japan Airlines como de Ana. Pero también de otros operadores locales de menor dimensión. En Taiwan, Lufthansa lleva el mantenimiento de los aviones de China Airways y de EVA, las dos mayores operadoras. Y está en contactos con Singapore, aunque todavía no se encarga de ella.
Como hormiguitas, LHT ha ido creando una imagen de seriedad en todo el mundo. También en Europa, donde están negociando con Norwegian o con Alitalia.
El negocio, sin embargo, es muy competido. No sólo Air France, sino que hay varias empresas especializadas y, ciertamente, Lufthansa no es la primera en llegar…