El uso de biocombustibles es una buena alternativa para las aerolíneas, en sustitución de la turbosina, pero la falta de disponibilidad lo hace todavía muy mucho más caro que el combustible tradicional, reveló el director de Análisis de Mercado de Boeing, Michael Warner.
Destacó que el costo de los combustibles es un factor que llega a determinar la planeación de una aerolínea, porque las empresas sienten que afecta su rentabilidad debido al fuerte incremento que tuvo en los últimos años y el porcentaje que representa de los costos de operación.
En una reunión con representantes de medios de comunicación, el directivo precisó que en la actualidad un barril de turbosina cuesta de 100 a 110 dólares, mientras que hace una década su costo se ubicó en alrededor de 20 dólares, esto es un incremento de cinco veces.
"En la última década ha habido un crecimiento muy rápido de los precios, nadie sabe hacia dónde va, pero lo que sí sabemos es que probablemente permanezcan elevados y por desgracia también habrá volatilidad y eso es difícil para las aerolínea", dijo.
Argumentó que para un operador de rutas cortas, el combustible que representaba 15 por ciento de los costos de operación, hoy ese porcentaje se duplicó a 30 por ciento, y llega hasta el 50 por ciento en rutas largas.
"Por mucho es el rubro más importante, incluso que la mano de obra y otros factores, entonces el combustible determina sus decisiones a dónde vuelan, cómo vuelan, en qué avione", destacó.
De ahà que se considere el uso de energías alternativas como el biocombustible para hacer más eficientes los aviones, que tiene un rendimiento mayor; y por otro lado, que las líneas aéreas busquen aprovechar al máximo un avión en cuanto a capacidad y cobro de los servicios.
Apuntó que ya se hicieron varios vuelos de prueba con este combustible e incluso ya se logró la certificación para su uso en servicio comercial, "pero el principal tema es la disponibilidad a un precio óptimo, lo más difícil es conseguirlo", además de que su producción no debe competir con la producción de alimentos ni recursos hídricos.
En este sentido, consideró que el biocombustible elaborado con algas sería la fuente más viable; ejemplificó que Alaska Airlines realizó decenas de vuelos entre Seattle y Washington para mostrar la viabilidad de esta gasolina.
Asimismo, Aeroméxico realizó un vuelo entre la Ciudad de México y Madrid, España, hace dos años en un avión Boeing 777, que fue el primer vuelo transatlántico con biocombustible (una mezcla de 30 a 40 por ciento de esta gasolina hecha con jatropha combinada con turbosina) y realizó 52 vuelos entre México y San José.
"Lo que nuestros clientes quieren hoy son productos más eficientes, por eso es que mucho de nuestra investigación y desarrollo está orientada a eso, no sólo estamos invirtiendo en mejorar los aviones, sino también analizamos otras consideraciones como los combustibles. Considerando los precios sabemos que en un futuro los biocombustibles van a ser importante", dijo.
Explicó que en los aviones de Boeing el combustible se puede reemplazar sin ningún problema, por lo que se puede utilizar en el servicio comercial, y crecerá conforme haya mayor disponibilidad, lo que va a mejorar el desempeño medioambiental.