La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA) comparte información con el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos sobre los miles de ciudadanos estadounidenses que arriban a este país.
En correspondencia con las coordinaciones establecidas, próximamente Washington proporcionará a su vecino del norte datos similares sobre los canadienses que ingresan a ese país.
Canadá y Estados Unidos acordaron en 2011 establecer sistemas coordinados para rastrear la entrada y salida de los viajeros, pero las dos primeras fases del programa se limitaron a extranjeros y residentes permanentes en ambas naciones, sin incluir ciudadanos de ninguna de las dos.
El esfuerzo consiste en intercambiar información de las personas que transitan por la frontera terrestre, de modo que los datos sobre la entrada a un país sirvan de registro de salida del otro, incluyendo nombre, nacionalidad, fecha de nacimiento y género, el país que emitió su documento de viaje y la hora, fecha y lugar de su cruce.
Según la versión oficial, los intercambios están destinados a reforzar la seguridad y el cumplimiento de las leyes, pero los defensores de la privacidad y las libertades civiles están preocupados por el potencial de abuso de estas facultades.
Tim McSorley, coordinador nacional para el Grupo Internacional de Supervisión de Libertades Civiles, dijo que los intercambios de datos planeados van demasiado lejos en el monitoreo de los patrones de viaje de los canadienses que no han violado ninguna ley, y la información podría utilizarse para construir perfiles personales demasiado intrusivos…