Franceses, canadienses, españoles, italianos, chilenos, colombianos e incluso suizos. Un variopinto grupo de inversores y operadores de aeropuertos, autopistas, compiten por el mayor botín que se licita en infraestructura. La concesión del Aeropuerto de Santiago de Chile por 20 años. A partir de 2015, y en forma gradual, expirará la actual licencia en manos de la firma Agunsa y otros socios.
Las obras tienen un costo estimado de USD 630 millones, pero hay concesionarios que en privado reconocen que el costo podría superar dicha estimación.
En las bases de licitación se exige construir un nuevo terminal internacional de pasajeros, la ampliación y remodelación del terminal nacional y edificios de estacionamientos, entre otras construcciones. El 30 de diciembre cinco grupos presentaron sus propuestas técnicas y económicas al Ministerio de Obras Públicas (MOP) y están a la espera de la apertura de estas últimas, el 4 de febrero.
Si bien existía la posibilidad de presentar un proyecto alternativo, uno de los oferentes asegura que lo más probable es que todos los candidatos se ciñan totalmente a la propuesta de anteproyecto referencial del MOP. Eso significa hacer el proyecto del ministerio al pie de la letra con cambios marginales, principalmente estéticos.
El concesionario debe entregar al Estado, como mínimo, el 60% de los ingresos que perciba y resultará ganador quien presente la mejor oferta económica, es decir, el que supere dicho umbral. En total 14 firmas conforman los cinco consorcios en carrera: Grupo Pudahuel, Grupo Consorcio Aeroportuario AMB, Grupo Aeropuerto de Santiago, Consorcio AMB y Grupo Nuevo Pudahuel…