Hace algunas semanas, se desarrolló en Santiago de Chile, la versión 2025 de Sudamérica Conecta que tuvo como eje principal la articulación público-privada, visibilizando a Sudamérica como destino turístico integrado.
Uno de los focos fue la conectividad aérea, tema abordado por Helen Kouyoumdjian, country manager para Chile de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). En su presentación, la ejecutiva sostuvo que la región enfrenta importantes desventajas, con tramos más largos y menor densidad de pasajeros. Según los datos presentados, Latinoamérica representa apenas el 1,1% de las utilidades de la aviación a nivel mundial, registrando una ganancia neta promedio por cada pasajero transportado de apenas US$7,20. En el caso de Latinoamérica, la cifra llega a US$3,40 por boleto.
«Por eso decimos que esta es una industria de márgenes estrechos, donde cada centavo cuenta y se deben buscar constantemente formas de maximizar la eficiencia y reducir costos», señaló Kouyoumdjian durante su presentación.
Uno de los principales desafíos que enfrenta, y que frena su desarrollo, es la alta carga impositiva y las regulaciones en la región afectan la competitividad, la demanda de pasajeros y la conectividad regional.
«A nivel global, en promedio, el 27% del precio de un ticket aéreo corresponde a impuestos, tasas y cargos. En Latinoamérica, este porcentaje asciende a un 44%», recalcó la ejecutiva.
A los desafíos producto de impuestos, tasas y cargos, se les suma la alta tasa de judicialización que enfrenta la industria en la región, citando ejemplos como lo que ocurre en Brasil.
«Mientras en Estados Unidos se registra una demanda por cada 1,2 millones de pasajeros, en Brasil hay una por cada 227. Eso equivale a casi una demanda por vuelo. Es insostenible», advirtió.
En su presentación, también señaló los casos de Chile y Perú. Mientras en nuestro país existen seis proyectos de ley, con propuestas que permitirían la devolución del pasaje hasta 8 horas antes del vuelo o la obligación de reservar un determinado número de espacios a precio fijo para vuelos que operen en zonas extremas, en Perú enfrenta 15 proyectos, con uno que obligaría a las líneas aéreas a ofrecer a los pasajeros la elección de asiento sin costo y a eliminar el cobro por maleta de mano. Ante esto, Kouyoumdjian advirtió que esto no haría que los precios bajen, por el contrario, introducir cambios en las condiciones actuales del mercado, podría implicar una profunda afectación a los usuarios del servicio de transporte aéreo, generando aumentos en las tarifas, afectando negativamente la demanda, la frecuencia de vuelos y la capacidad y desarrollo de nuevas rutas.
«Cada nueva regulación que reduce nuestros márgenes, nos obliga a reevaluar rutas. Si una operación deja de ser rentable, es más probable que esa capacidad se asigne a otro mercado más eficiente», concluyó.