Los actuales controladores de aeropuertos están en vilo a la espera de que se confirme una decisión del gobierno anunciada por la presidenta Dilma Rousseff para autorizar un tercer emprendimiento en San Pablo, que movería 50 millones de pasajeros por año (38% por encima de lo que transporta Guarulhos, el aeropuerto más grande del país). El proyecto, a cargo de los contratistas Camargo Correa y Andrade Gutierrez, se levantará en Caieiras, región metropolitana de la capital, con una inversión de R$ 5.300 millones.
Según diferentes fuentes del mercado que acompañan el tema, los inversores que vencieron Guarulhos y Campinas (San Pablo) y Brasilia (Distrito Federal) enfrentan hoy, con el denominado Nuevo Aeropuerto de San Pablo (Nasp), un riesgo de que caiga la demanda, algo que no se tuvo en cuenta en la época de la licitación, en 2012. ‘Existía un consenso de que el tercer aeropuerto era inviable por el congestionamiento aéreo que causaría en la ciudad. La propia Aeronáutica decía eso‘, afirmó un experto en el sector.
Con la seguridad de que el proyecto se descartaría, los inversores de los tres aeropuertos licitados hace poco más de un año hicieron sus propuestas, que suman R$ 25.000 millones en valor de concesiones a pagarse al gobierno durante el tiempo que duren los contratos. Pero pasada la subasta, el escenario cambió.
Las empresas, según se comenta en el mercado, llegaron a la conclusión de que se puede hacer un pedido de reequilibrio económico-financiero en caso de que el proyecto del nuevo aeropuerto se lleve adelante. El emprendimiento afecta directamente a Viracopos, en mayor escala, y a Guarulhos. Pero el aeropuerto de Brasilia también puede verse perjudicado.
“Todos los factores económicos que se previeron en la época de la licitación, como cálculo de retorno y flujo de caja, se ven afectados por causa de un evento de esa magnitud”, dijo una fuente que acompaña la ejecución de la inversión. “Es un tema jurídico relevante que tiene que analizarse con mucha calma para no generar acciones en el futuro”, afirmó otra persona.
Hay otro factor que complica las cosas. Los dueños del proyecto de Nasp, Andrade y Camargo, planean vender en el futuro a su controlada CCR -especializada en concesiones de infraestructura- el proyecto de Nasp, según pudo saber Valor. Pero CCR tendrá en…
