Muchos no supieron de qué manera reaccionar durante los primeros segundos del tiroteo.
Cuando Esteban Santiago se sacó la pistola que llevaba en la cintura y comenzó a disparar contra los pasajeros que esperaban por su equipaje en el aeropuerto de Fort Lauderdale, algunos quedaron congelados en sus lugares; luego, al darse cuenta de la situación, reaccionaron lanzándose al piso o buscando refugio detrás de columnas.
Lo que siguió fue un masivo operativo de las autoridades para evacuar la terminal, y en medio del caos entre aquellos que corrían temiendo por sus vidas, miles de maletas, mochilas, carteras, billeteras, computadoras e identificaciones quedaron atrás.
Un total de 23,000 artículos.
"Necesito mi teléfono", le dijo el domingo a un reportero del Miami Herald Sheresse Pierre Louis, una mujer de 42 años que tenía programado un viaje de trabajo a Atlanta el viernes que ocurrió el ataque, que dejó un saldo de cinco muertos y seis heridos a causa de la balacera.
Ese día, en medio de la conmoción, Pierre Louis abandonó su cartera al escuchar los disparos. "Mi laptop y mi celular del trabajo están en esa cartera", dijo.
Las autoridades de Broward anunciaron el domingo por la noche que han comenzado la devolución de las pertenencias, un proceso "complicado" que dijeron tomará tiempo.
"Estamos trabajando de forma diligente para retornar las pertenencias que fueron dejadas en las terminales del aeropuerto", dijo Margaret Stapleton, directora de la Oficina de Comunicaciones de ese Condado, a través de un comunicado…
