Paulo César de Oliveira Campos, embajador de Brasil en España, declaró que el Mundial de fútbol «dejará un importante legado» en su país, aunque «no es suficiente para resolver los problemas» que existen, y aseguró que el campeonato provocará «una mejora de la economía en general».
«Somos conscientes de que un Mundial no es suficiente para resolver los problemas que existen, pero el Mundial dejará un importante legado. Por eso defiendo las doce sedes, que representan cada región del país. La idea con esta decisión es distribuir los beneficios económicos y presentar las bondades de cada una de las regiones», dijo Oliveira Campos.
«Ha habido una gran reducción de la pobreza y la desigualdad y somos un país en desarrollo con grandes desafíos. La tendencia alcista dependerá de la mejora en la economía brasileña, que pasará por la modernización de las infraestructuras y el transporte. El Mundial es una oportunidad para aunar esfuerzos entre el sector público y privado. Con el campeonato habrá una mejora de la economía en general», afirmó.
«El objetivo es atraer inversiones extranjeras directas, que ya en 2013 supusieron 46.000 millones de euros. Las empresas españolas afincadas en Brasil prevén invertir cerca de 128.000 millones de euros entre 2014 y 2016», apuntó el embajador, durante un ‘Desayuno Deportivo’ organizado por Europa Press en un hotel madrileño.
Oliveira Campos habló sobre el descontento que existe en una parte amplía de la población brasileña acerca de los esfuerzos y recursos económicos que se están destinando a la organización del Mundial de fútbol.
«Hay gente en desacuerdo que piensa que ese dinero se debería destinar a otros campos. Esas reivindicaciones son buena señal para Brasil, porque es una democracia joven, consolidada y pujante», apuntó el embajador acerca de una pregunta en la que se daba a conocer una encuesta que cifra en un 48% a la población descontenta.
«Ese 48% no se de dónde viene, puede ser. Se puede estar en contra de la forma de cómo se ha hecho algo, pero no por el fútbol. Cuando empiece el fútbol la cosa cambia porque hay pasión e interés. En la Copa Confederaciones hubo manifestaciones de forma democrática, con los hinchas en el estadio y los manifestantes en la manifestación», comentó.
«El gobierno quiere que se respeten los derechos de todos los ciudadanos, los que se quieran manifestar y los que quieran ir el fútbol. Lo que no se va a consentir es recurrir a la violencia», señaló.
Oliveira Campos también abordó el tema de seguridad que ofrecerá la organización a deportistas, turistas y medios de comunicación que se desplacen al campeonato.
«Brasil está preparada para garantizar la seguridad y cuenta con una gran experiencia en organización de eventos con buena capacidad logística y de seguridad. Un ejemplo son los Juegos Mundiales Militares, la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Jornada de la Juventud o la Copa Confederaciones», afirmó.
Preguntado por los niños que supuestamente están siendo sacados de las calles de Brasil para no dar mala imagen exterior, el embajador fue tajante.
«No pasa eso. Se habla como si hubiera una política para sacar a los niños en la calle o si se estuviera matando a los niños. Me gustaría que todos los niños tuvieran un sitio donde comer, poder ir a la escuela o dormir, no en la calle. Quién quiera hacer turismo exótico, Brasil no es un buen lugar», afirmó.
Oliveira Campos aprovechó para dar algunas cifras de lo que está representando el Mundial que comenzará el próximo 12 de junio y terminará el 13 de julio.
«El Mundial tiene un coste de 5.800 millones de euros en infraestructuras. De esos, 2700 son para obras de movilidad urbana y 2100 para aeropuertos», desveló.
«Además, 640 millones son para seguridad, 200 para puertos, 21 para proyectos de reformas de aeropuerto, 140 para telecomunicaciones, 68 para infraestructuras turísticas y formación de personal y 66 para…