Es una herramienta clave para el aterrizaje instrumental de los aviones, en especial cuando hay poca visibilidad.
La neblina que se presenta en algunas ocasiones en el aeropuerto Ernesto Cortissoz, que presta sus servicios a Barranquilla, y que causa demoras y cancelaciones de vuelos comerciales, dejará de ser un problema, con la entrada en funcionamiento del Sistema Instrumental de Aterrizaje (ILS) de categoría 2. Aunque la Aerocivil asegura que faltan algunas luces en la pista para que opere en un cien por ciento.
El aparato, que se utiliza para guiar a las aeronaves durante el proceso de aproximación a la pista, es de mucha utilidad en condiciones de poca o nula visibilidad y está operando en la terminal aérea desde el 10 de diciembre de 2017.
La Aeronáutica Civil (Aerocivil), encargada de la radioayuda, dijo que el nuevo sistema se instaló para fortalecer la seguridad operacional. "Con esto lograremos un mayor dinamismo en las operaciones aéreas del Ernesto Cortissoz", señaló la autoridad aérea.
Este mecanismo permitirá que los aviones desciendan con un techo de nubes de 100 pies y más de 400 metros de visibilidad, cuando se presenten fenómenos meteorológicos relacionados con la bruma y bancos de niebla que pueden afectar la perceptibilidad en las aproximaciones.
El sistema, que requirió una inversión de $3.362 millones, reemplaza al ILS de categoría 1, que estuvo por 25 años en el aeropuerto y que fue desmontado el 2 de junio de 2017 para instalar el nuevo modelo.
Los trabajos de montaje de los equipos tardaron seis meses. Durante este tiempo el aeropuerto Ernesto Cortissoz operó con la radioayuda de aproximación VOR (Very High Frequency Omnidirectional Range), que permite tomar decisiones a 502 pies sobre el terreno, con una visibilidad de 2.300 metros, y la RNAV (navegación área), que asegura el aterrizaje a 402 pies y 1.900 metros de visibilidad, vía GPS. Estas dos radioayudas, según los expertos, son de no precisión…