El 9 julio de 2012 se anunció que Pluna, privatizada a mediados de los años 90, entraría en proceso de quiebra y liquidaría sus bienes, y en especial se mostró interés en vender siete aviones, de los que el Gobierno uruguayo salió como garante.
«Si bien ya se concretó la venta de las siete aeronaves, no contamos con recursos humanos para hacer la despreservación de las siete aeronaves juntas», explicó a Efe Gabriel Ferreira, director de la Asociación Uruguaya de Peritos (AUPE), designada desde el cierre de la aerolínea para representar a los acreedores, asesorar a la jueza y administrar los bienes de la compañía.
Ayer se hizo la primera entrega y cada 20 días se irá traspasando una aeronave, hasta completar las siete totales.
La venta a SAF se cerró el pasado 22 de noviembre al ser la empresa cuya oferta de compra fue superior, entre otras cuatro propuestas interesadas.
La compañía norteamericana entregó entonces un depósito de unos cinco millones de dólares y a medida de que cada avión esté en condiciones de ser liberado, dicha sociedad irá ingresando el valor de cada aeronave, hasta llegar a los 70,7 millones de dólares que comprenden el precio total de venta.
La pésima situación económica de la compañía de aviación de bandera del país derivó en una serie de acciones para intentar su salvación, que fracasaron y que terminaron por implicar en un delito, entre otros, al ministro de Economía de entonces, Fernando Lorenzo y al presidente del Banco República (BROU), Fernando Calloia…