El sector de las aeÂroÂlíÂneas se enÂcuentra en conÂtinua inÂnoÂvaÂción para dar con la tecla que le gaÂranÂtice más creÂciÂmiento. La comÂpeÂtencia es cada vez más atroz y por ello, con los nuevos hábitos de conÂsumo, facÂturar más se hace comÂpliÂcado. Por ello, muÂchas comÂpañías de esta inÂdusÂtria están penÂsando en abanÂdonar la diÂnámica de las taÂrifas fijas con el ánimo de adapÂtarse de maÂnera más inÂdiÂviÂduaÂliÂzada a las neÂceÂsiÂdades de los clienÂtes. Puede ser la gran apuesta del fuÂturo.
Las estrategias dentro de la industria del consumo se ajustan de manera progresiva a lo que pide el pasajero. Es la tendencia que va a garantizar que, en el futuro, subsistan aquellas compañías que permitan dar más flexibilidad a sus clientes. Algo de lo que se estaban quejando muchos usuarios que, por ejemplo, acostumbraban a desplazarse en líneas de bajo coste.
En este sentido, la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Aceta) envió recientemente un mensaje exponiendo que en los últimos años han abaratado el precio de los billetes, incluso en los ejercicios en los que las tasas se incrementaban sin parar. Para ser más exactos, lo cifraba en un descenso del 14,3%, según los datos de la industria ajustados al IPC y el tipo de cambio.
Se trata de unos números que representa "el esfuerzo realizado por las compañías aéreas para que el bolsillo del pasajero no sufriera el alza de las tasas aeroportuarias y de navegación", según argumentaba la asociación. Todo ello, teniendo en cuenta el entorno en el que las tasas aeroportuarias en España avanzaron un 68% entre 2010 y 2013. Un 113% en Madrid y 108% en Barcelona, concretamente, y desde entonces el descenso ha sido inferior al 4% del conjunto global.
Esfuerzo en reinventarse
La traducción es clara. El negocio de las aerolíneas está haciendo una apuesta bastante clara para que su crecimiento siga sin detenerse y en aras de hacerse fuertes para evitar ser absorbidas por la competencia. Por eso, los equipos directivos de muchas de estas empresas se están planteando en el desarrollo de las tarifas dinámicas a sus pasajeros. Es decir, abandonar los precios fijados y uniformes para adaptarse al nivel económico de la clientela.
Las tarifas dinámicas, en inglés Dynamic Pricing Engine (DPE), se adaptan a los niveles adquisitivos. Este proyecto se centra en la recopilación de gran cantidad de información a través de la red basándose en los datos de navegación y otro tipo de detalles de las cuentas de los usuarios. Esta recopilación a tÃtulo personal ofrece a las aerolíneas más detalles en relación a la remuneración de un cliente en potencia, al igual que su edad o la probabilidad para reservar un trayecto. Todo medido.
Así pues, las aerolíneas están avanzando en este proceso de digitalización identificando, a través del historial, sus preferencias. Después, la plataforma de administración de ingresos disgrega esas búsquedas con los lugares preferidos y el cliente potencial con el fin de ofertarle el posible destino al precio más asequible a lo que estaría buscando a través de la web. Se adaptaría a su situación personal.
De hecho, las aerolíneas ya mueven los precios de venta de los billetes en función a la temporada (alta o baja), a la hora del día o al nivel de demanda. Sería otro método de jugar con los precios para intentar que las flotas llevaran el mayor número de ocupación posible. Algo que en muchos casos no se llega a producir.
Travel Weekly, director de gestión de la empresa proveedora de software PROS, John McBride, afirmaba recientemente en una entrevista que ya hay algunas operadoras que han introducido este tipo de tarifas dinámicas. También, exponía que a lo largo de este año serán muchas más las empresas que se suban al carro de esta estrategia…