El verano récord en los aeropuertos está poniendo a prueba al sistema aéreo, y en algunos casos haciendo saltar sus costuras. Tras el incumplimiento de la programación por parte de Vueling en el fatídico primer fin de semana de julio en Barcelona-El Prat, y la amenaza de huelga de los pilotos de Air Europa, una posible situación límite se traslada a los centros y torres de control. Y tanto el Gobierno como las aerolíneas han recibido el aviso.
Los controladores se quejan, a través del sindicato USCA , de un exceso de trabajo que se cubre con horas extras e incluso con el imperativo conocido en el sector como COS (cobertura obligatoria del servicio). También dicen estar sufriendo la negativa a reducciones de jornada; critican la imposibilidad de relevar a trabajadores que causan baja, o la alta edad media de la plantilla, que es de 48 años…