El pasado 20 de agosto varios medios de comunicación se hicieron eco del sorprendente rayo que impactó un avión de Delta en Atlanta (EEUU). Las consecuencias de tal suceso, en un primer instante, pueden parecer catastróficas: aviones repletos de personas, con combustible (inflamable) y múltiples sistemas electrónicos en su interior. Todos los ingredientes para acabar en una tragedia. Afortunadamente, el desenlace fue bien diferente.
El avión de Delta Airlines soportó la carga eléctrica del rayo sin ningún problema. De hecho es muy probable que pasara desapercibido para los pasajeros del vuelo, los cuales solo apreciarían un destello luminoso en el exterior del avión. Pero, ¿cómo es esto posible? ¿Por qué el avión no sufrió daño alguno al incidir el rayo sobre él?
El secreto se resume en la jaula de Faraday, uno de los hallazgos del físico Michael Faraday, quien realizó numerosos estudios sobre el comportamiento de los campos eléctricos en diversas situaciones. La teoría detrás de esta jaula afirma que:
El campo electromagnético en la región interior de un conductor es cero, anulando el efecto de los campos externos que puedan afectar al conductor.
Esto se debe, en parte, a que los portadores de carga se sitúan siempre en la zona exterior del conductor, por lo que la corriente eléctrica (movimiento de electrones) tendrá lugar también en la misma región. Es decir: si tenemos un balón hecho de material conductor, los electrones se situarán siempre en la superficie de este y la corriente eléctrica nunca penetrará al interior…