La decisión de la compañía aérea de bajo costo alemana Germania de declararse en bancarrota es una más en una lista de quiebras en un sector cada vez más competitivo y que en 2018 se vio afectado por el aumento del precio del combustible.
El año pasado una decena de compañías aéreas “low-cost” desaparecieron, entre ellas la belga VLM, la danesa Primera Air o la chipriota Cobalt Air.
Y el 2019 parece empezar con la misa tendencia con la quiebra de Germania, que transportaba más de 4 millones de pasajeros por año y anunció la anulación de todos sus vuelos.
La empresa no puedo reunir la financiación necesaria para “cubrir una necesidad a corto plazo de liquidez”, y tuvo que declarase insolvente.
Otras compañías con dificultades se salvaron ‘in extremis’, como la británica Flybe, comprada por un penique por acción por Virgin Atlantic, o Norwegian Air Shuttle, que también tenía dificultades y optó de momento por una ampliación de capital.
Para Ryanair, líder del sector, la situación todavía no es crítica, pero la compañía anunció una reorganización para sanear sus cuentas, que en el tercer trimestre de 2018 registraron una pérdida neta de 20 millones de euros, por primera vez desde 2014.
La competencia es especialmente dura en el sector de los vuelos de corto recorrido en Europa, lo que lleva a las compañías a bajar mucho sus precios y así sus márgenes de ganancia.
“Rápidamente se llega a situaciones de competencia desenfrenada. Durante mucho tiempo vimos cómo las ‘low-cost’ se implantaban allí donde estaban solas. Pero hoy el mercado empieza a llenarse”, afirmó Olivier Fainsilber, experto del sector aéreo de la consultora Oliver Wyman.
El sector de las líneas aéreas de bajo costo todavía no está muy concentrado y tiene muchos actores. “El darwinismo económico siempre hace bien su trabajo en el sector aéreo. Para mantenerse hay que ser muy eficaz, en un sector donde es fácil lanzarse”, comentó Fainsilber, a la agencia AFP.
Estas compañías tienen además que enfrentarse a las nuevas filiales de bajo costo de los operadores históricos del transporte aéreo, como IAG y su filial de larga distancia Level.
“La quiebra de Germania, una compañía que llevaba un tiempo con dificultades para competir con sus rivales, demuestra que para sobrevivir en el sector en Europa hay que ser o un actor de nicho o tener una red muy extendida, como Ryanair o Lufthansa y IAG”, explicó por su parte Sebastian Zank, analista de Scope Ratings.
A estas dificultades se añade el importante aumento del precio del queroseno a mediados del año pasado.
En julio de 2018, un periodo de mucho tráfico, el barril de petróleo se acercó a los 75 dólares frente a los menos de 50 que valía el año anterior en la misma época. “Siempre habrá altos y bajos, pero cuando hay un periodo tenso es cuando se ve quién sabe aguantar”, apunta Fainsilber…