La apertura del nuevo aeropuerto internacional de Berlín, que debería haber entrado en funcionamiento en 2011, podría sumar un nuevo retraso por problemas técnicos y no tener lugar tampoco a finales de 2017, según el diario berlinés Der Tagesspiegel.
De acuerdo con ese rotativo, la tramitación del permiso para la instalación del sistema de extracción de humos se ha demorado meses y, tras no haberse completado hasta finales de abril, como debería haber ocurrido, probablemente no esté lista hasta julio o agosto.
Ello implicará otro retraso en su apertura, apunta el diario, que remite a los múltiples aplazamientos que ha sufrido ya el proyecto y la delicada situación que ello ha colocado a sus responsables, en medio de un escándalo continuado por demoras y sobrecostes.
El proyecto arrancó en 2006, entonces presupuestado en 2.000 millones de euros, con el cometido de suplir a los tres aeródromos que durante décadas funcionaron en paralelo en la ciudad -Tegel, en el antiguo sector oeste; Tempelhof, en pleno casco urbano; y Schönefeld, en la mitad este-.
El viejo aeropuerto de Tempelhof -que alimentó a la población del lado occidental durante once meses de bloqueo soviético, en plena Guerra Fría- quedó fuera de servicio ya en 2008.
Los otros dos siguen en funcionamiento, pese a que han quedado obsoletos y no están a la altura de lo esperable para la capital de la primera potencia europea…