Tracey Curtis-Taylor, de 51 años de edad, aterrizó anteayer en el inmaculado césped de Goodwood House, cerca de Londres, procedente de Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Llegó con 13 días y una hora de retraso por las inclemencias del tiempo que la retuvieron en Egipto y en Croacia. En cambio, viajó sin problemas por algunas zonas de guerra, como la de Sudán, sobre las que ha sobrevolado entre la luz del día y la oscuridad de la noche.
La aviación es un terreno si no vetado a las mujeres sí poco concurrido por ellas. Por eso, Tracey se dedica a dar clases de vuelo y a estudiar los entresijos de los aparatos que se desarrollaron a lo largo del siglo XX. Y ha sido esta fase de estudio de la historia de la aviación la que le despertó el reto de recrear un viaje histórico como el que acaba de hacer: el mismo que hizo Lady Mary Heath (1896-1939) en 1928, convirtiéndose en el primer piloto (hombre o mujer) que volaba en solitario desde Ciudad del Cabo a Londres por el espacio aéreo de una buena parte del Imperio Británico. Un equipo de grabación la ha seguido en otro avión filmando el viaje para una película.
«Se pueden contar con los dedos de la mano, literalmente con los de una mano, el número de mujeres que han pilotado este tipo de aviones, pero lo que he hecho yo, recrear un vuelo histórico, es único», ha contado Tracey. Para tal proeza escogió un modelo biplano de la década de 1930 Boeign Stearman abierto a las inclemencias meteorológicas. Y la marca Boeing, de paso, ha patrocinado parte de la aventura. El avión se llama ‘Spirit of Artemis’ y ella va realizado su travesía vestida con un coqueto traje ‘vintage’, de presumida mujer de la época del avión.
El viaje arrancó de Ciudad del Cabo en Sudáfrica el 2 de noviembre, con el ex presidente Nelson Mandela todavía vivo. En total, ha recorrido unos 10.000 kilómetros a una velocidad no superior a los 130 kilómetros por hora. Hoy el Imperio británico que sobrevoló su predecesora ya no existe, pero eso no ha restado emoción a que, 85 años después, otra inglesa haya surcado el trazo dejado por Lady Mary Heath…