Ni el elevado precio del combustible, ni la desaceleración de la minería en el norte y tampoco operar en aeropuertos al límite de su capacidad, afectarán la hoja de ruta de Lan en Chile. La aerolínea cerrará este año con ingresos por unos US$ 1.000 millones y transportará siete millones de pasajeros dentro del país. Una cifra que, sostiene su gerente general, Enrique Elsaca, se duplicará hacia fines de la década, con un ritmo de crecimiento de 10% como promedio anual.
La base de esta expansión comenzó a construirse hace siete años, con el lanzamiento del modelo llamado "la nueva forma de volar". Aviones más grandes, con más asientos, despegues en más horarios y tarifas diferenciadas. Esas fueron, afirma, las claves de esta operadora que hoy posee 28 aeronaves en el país, y que aporta el 25% de las ventas de su matriz Latam, según el ejecutivo.
En esa masificación, la empresa pasó de transportar 2,4 millones de pasajeros en 2006 a 3,5 millones en 2008 y siete millones este año. Los precios de los pasajes, además, cayeron. En el caso de los más económicos, a la mitad. "Hoy aproximadamente 50% de nuestros pasajeros compra tickets a menos de $ 90 mil para volar dentro del país y un tercio de nuestros pasajes está en menos de $ 60 mil. Tenemos tarifas de low cost dentro de Chile", destaca.
A este paso, Elsaca proyecta a la compañía con una operación más intensa hacia 2020, vinculada al desarrollo que, a su juicio, debiera tener el mercado doméstico, favorecido por el turismo.
"Tendremos ciudades más conectadas. Hoy todo sale de Santiago y es muy probable que Puerto Montt se convierta en un hub (centro de conexiones) para el sur y, eventualmente, para Argentina. En el norte también podría haber un hub. Me imagino que las fronteras entre los países serán más difusas, y podremos volar hacia otros mercados, no sólo desde Santiago. También habrá más vuelos entre ciudades, sin necesariamente pasar por la capital", afirma.
Agrega que en los últimos años tomó especial relevancia en la expansión del negocio el norte del país, debido al boom minero. En el primer semestre de este año, en rutas como Antofagasta, Calama y Copiapó, el tráfico de pasajeros creció en promedio a tasas de 30% mensual, comenta Elsaca. Con la paralización de proyectos, también bajó el dinamismo del negocio y hoy la expansión promedio es de 10% cada mes. En este escenario, sostiene, "el desafío es ir cambiando este crecimiento por más turismo".
La creación de Latam contribuye a esta cruzada, explica. Y aunque admite que la fusión con la brasileña Tam ha sido más compleja de lo esperado, destaca los beneficios que ha traído en cuanto a conectividad. En el caso de Brasil, por ejemplo, los pasajeros antes sólo podían llegar a Río de Janeiro o Sao Paulo. Hoy sus opciones se ampliaron a 42 ciudades. Algo parecido ocurre con Europa. "Antes conectábamos dos ciudades: Madrid y Fráncfort. Hoy, como Latam, los pasajeros pueden llegar además a Londres, Milán y ParÃ", señala.
Otra ventaja está dada por la presencia comercial que tienen ambas firmas en los principales mercados, lo que impulsaría el negocio turístico hacia la región y Chile en particular.
El estrés de la expansión
El acelerado crecimiento de los últimos años también estresó a la compañía que, al igual que el aeropuerto de Santiago, no estaba preparada para enfrentar la fuerte demanda de pasajeros que viajó durante las Fiestas Patrias del año pasado y en enero y febrero pasados. "Lo que estábamos haciendo, si bien era bueno, fue insuficiente. Nos hacemos cargo de los errores con bastante humildad", resume Elsaca.
Tras esos episodios, la empresa inició un trabajo de coordinación con las autoridades y con SCL, la concesionaria del aeropuerto. Actualmente viven una nueva etapa, en la que se hacen cargo de responder a los pasajeros, aunque las causas de un servicio irregular no sean de su responsabilidad. Así, de un monitoreo y planificación mensuales antes de temporadas altas, pasaron a analizar hora por hora la operación. Tomaron, asimismo, una serie de acciones para mejorar sus índices. Más mesones para check in, más cintas para equipaje, aviones más grandes (de 174 a 220 pasajeros) y mejoras tecnológicas que permiten que 85% de los viajeros llegue autochequeado al aeropuerto, fueron algunas de las medidas.
¿El resultado? En opinión de Elsaca, muy positivo. En septiembre, de hecho, anotaron su mejor nivel de puntualidad en los últimos cuatro años: 95% en el caso de los vuelos domésticos y 90% en el caso de los internacionales, frente a 84% y 75% registrados en el mismo mes del año pasado, respectivamente. La prueba de fuego, asegura, ya fue superada, porque en Semana Santa, vacaciones de invierno y Fiestas Patrias, no hubo atochamientos en el aeropuerto.
En todo caso, para Lan el tema no está resuelto. El terminal aéreo de Santiago, diseñado para nueve millones de pasajeros, está soportando 14 millones al año. Lo importante, apunta el ejecutivo, es que el nuevo recinto se construya dentro del plazo estimado (a 2018) y que las bases consideren proyecciones de tráfico reales. "Abogamos porque se haga un aeropuerto de 30 millones de pasajeros y que se inviertan US$ 1.000 millones, porque esta es la puerta de entrada del turismo de Chile", subraya.
Un mercado competitivo
Lan tiene hoy 75% del mercado doméstico y según este ingeniero civil industrial de la Universidad Católica, que hizo un MBA en el MIT, Chile es un mercado competitivo. Dice que…