Cuando un sábado de mediados de noviembre Emirates aterrizó con uno de sus Airbus A380 en el aeropuerto Internacional Guarulhos de San Pablo, era la primera vez que uno de esos aviones de dos pisos tocaba suelo sudamericano en un vuelo comercial. La aerolínea de Dubai aprovechó la ocasión del Gran Premio de Fórmula Uno de Brasil para un vuelo especial con uno de esos gigantes que se han convertido en algo así como su insignia, capaces de albergar lujosas extravagancias como duchas en la primera clase.
«El A380 es una aeronave icónica que continúa llamando la atención de nuestros pasajeros y, por eso, decidimos hacer un vuelo especial a Sao Paulo para conmemorar, al mismo tiempo, nuestro octavo aniversario en la ruta», dijo Orhan Abbas, vicepresidente de operaciones de Emirates para
la región.
Emirates no tiene planes inmediatos de repetir ese vuelo, pero la operación comercial regular de los A380 en aeropuertos latinoamericanos ya está a la vuelta de la esquina, lo cual habla del rápido crecimiento de la demanda de transporte aéreo en la región.
En enero, Air France inicia tres vuelos semanales con A380 entre París-Charles de Gaulle y Ciudad de México, en un avión para 516 pasajeros que cuenta con seis bares distribuidos por todo el equipo para servir de lugares de reunión y un espacio para exposiciones de arte concertadas con el Louvre y otros museos, accesible a la primera clase y la business. Los vuelos se harán diarios a partir de marzo del 2016.
En Brasil, el A380 ya está certificado para operar en los aeropuertos principales del país, el Galeão de Rio de Janeiro, y el Guarulhos de San Pablo. Emirates ha manifiestado su interés en ellegar a Guarulhos con los A380 (de los cuales tiene 70, la mayor flota del mundo), y lo mismo han hecho British Airways y Lufthansa.
Para el 2033, 9 de las 91 megaciudades de la aviación (ciudades de más de 10.000 pasajeros de larga distancia por día) en el mundo estarán en América Latina; esto incluye Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro, Ciudad de México y Cancún…
