El último episodio se dio entre el jueves por la noche y las primeras horas de la tarde del viernes, donde las pérdidas por la falta de actividad generó un rojo de u$s 6 millones
“Me tienen harto”. La dura y categórica frase la lanzó el viernes pasado el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, en medio de la medida de fuerza que llevaron a cabo los gremios técnicos aeronáuticos, y que complicaron durante más de medio día a todos los vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral.
El enojo del funcionario –que también se replicó en todo el Gobierno– tiene un fuerte sustento en el aspecto económico.
Según fuentes del mercado consultadas por El Cronista, en lo que va del año la línea aérea de bandera perdió ya cerca de 13 millones de dólares, producto de las complicaciones que tuvo para realizar sus vuelos con normalidad.
El último caso se dio justamente entre el jueves y el viernes pasado. Durante casi un día, una sorpresiva huelga del sindicato de aeronavegantes afectó el funcionamiento del aeroparque Jorge Newbery y otras terminales aéreas del país.
Otro de los episodios en los que los conflictos gremiales complicaron la actividad –y los números– de Aerolíneas Argentinas se dio a fines de agosto pasado. Allí, dos gremios aeronáuticos llevaron una medida de fuerza que si bien no tuvo un efecto devastador, lo cierto es que se sumó a la lista de problemas.
Pero los vaivenes con los gremios no fueron los únicos motivos que sumaron pérdidas para la aerolínea estatal que conduce Mariano Recalde.
En los primeros días de agosto, la falla en un servicio que le presta Telefónica a Aerolíneas Argentinas generó graves problemas informáticos, y dejó a la aérea sin posibilidad de prestar servicios en condiciones normales durante todo un día…
