El gobierno uruguayo ofreció al fabricante canadiense Bombardier entregar los siete aviones CRJ 900 que formaban parte de la flota de la exaerolínea de bandera Pluna, para recibir a cambio otras cuatro aeronaves de la línea CRJ, ya sea del modelo 700 o 900, y poder negociarlos con los extrabajadores de la compañía. Ese negocio no implica que deba invertir dinero el Estado "“que es garante del pago de los siete Bombardier de Pluna"“ pero asume una pérdida en el patrimonio al deshacerse de tres aviones.
La propuesta se convirtió en prioridad para el equipo de Presidencia que lleva adelante los contactos con el gremio, según pudo saber El Observador.
Los siete aviones que eran de Pluna, y que desde el cierre de la aerolínea administra un fideicomiso propiedad de los ministerios de Economía y Transporte, están bajo amenaza de ser embargados en el exterior del país por las deudas que dejó la compañía, tanto por los negocios mientras estaba asociada con Varig, como los que inició en 2007 con Leadgate.
En caso de recibir una respuesta positiva esta semana por parte del fabricante canadiense, el Poder Ejecutivo negociaría directamente con la aerolínea de los trabajadores, que en su nuevo plan de negocios plantea volar a destinos de la región con cuatro aviones. El gremio mantiene su aspiración de utilizar la flota durante dos años de forma gratuita, y comenzar a pagarlos en cuotas a diez años.
En el plan de negocios original, que preveía usar los siete Bombardier de Pluna, se planteaban dos años de gracia en el pago de las aeronaves, y cuotas anuales de US$ 13,7 millones durante diez años.En caso de no prosperar la idea del gobierno, el plan B consiste en que los extrabajadores de Pluna alquilen en régimen de leasing (arrendamiento con derecho a compra) cuatro aviones Bombardier CRJ 700 o 900, con el respaldo del Estado. Al mantener el modelo de aviones, la nueva compañía ahorra tiempo y dinero (ver apunte). La cuota mensual del alquiler de cada uno de esos cuatro aviones va de US$110 mil a US$190 mil, y sería asumida por la nueva compañía de bandera.Este jueves, una delegación del sindicato de los extrabajadores de Pluna se reunirá en Torre Ejecutiva con el secretario de la Presidencia Homero Guerrero, y con el asesor presidencial Pedro Buonomo.
Tienen la intención de cerrar un acuerdo para que la nueva compañía pueda contar con aviones para poder empezar a volar en la temporada de verano, lo que implica tener que cerrar todos los trámites de autorización y comenzar a vender pasajes antes de setiembre.La futura aerolínea "Alas-U" necesita todavía tener los certificados de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia). Para avanzar en esos trámites, días atrás los integrantes del gremio depositaron US$65.000 para que la autoridad reguladora aeronáutica siga adelante con sus trabajos de certificación.
Los trabajadores tienen previsto, en caso de no llegar a tiempo con los permisos de vuelo al momento de comenzar a operar, solicitar licencias provisorias que permitan cumplir con el cronograma en su inicio. La tarea de la Dinacia implica, entre otras cosas, tener que certificar a la aerolínea y sus aviones en cada uno de los destinos adonde piensa volar.La apuesta del sindicato es tener la posibilidad de dos años de gracia en la utilización de los aviones.De no poder hacerlo, el esquema del negocio cambia, ya que el margen de ganancia es bajo.De acuerdo a los últimos cálculos realizados por los directivos del sindicato, en el primer año de operaciones, con cuatro aviones y 300 funcionarios en su plantilla, la empresa facturaría US$ 92 millones. A los costos fijos de funcionamiento y salarial se le sumaría la cuota por el leasing de los aviones, que iría de US$ 440.000 a US$ 760.000 por mes.Ese esquema de negocio, por ejemplo, tendría capacidad para cubrir las frecuencias más rentables del puente aéreo, de Carrasco en Montevideo a Aeroparque en Buenos Aires. Por convenio bilateral, tanto Uruguay como Argentina tienen la posibilidad de operar 60 frecuencias semanales de esa ruta. El gobierno uruguayo otorgó de forma transitoria algunas de esas frecuencias a BQB, otra compañía de bandera, y mantiene su compromiso de darlas en uso a la aerolínea que formarán los extrabajadores de Pluna.