El presidente de Francia, François Hollande, realizó hoy una visita sorpresiva al aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, de esta capital, para supervisar los programas de seguridad aplicados en esas instalaciones.
Tras su arribo a la terminal 2 de ese complejo aeroportuario, el jefe de Estado aseguró que esta era una actividad programada hace tiempo y negó un vínculo entre su periplo y las explosiones ocurridas en Boston, Estados Unidos, el pasado 15 de enero.
El gobernante reconoció la existencia de amenazas particulares contra Francia y citó como fuente de ellas a la actuación del país en la arena internacional, de manera especÃfica la intervención militar en Mali.
«Hay amenazas que existen, cada uno las conoce y ellas son múltiples. Yo deseaba asegurarme que todo está dispuesto para garantizar la seguridad de los franceses», precisó el jefe de Estado.
Hollande estuvo acompañado por el ministro del Interior, Manuel Valls, con quien pasó revista al denominado Plan Vigipirate, diseñado para impedir atentados contra el país galo.
Ese instrumento fue creado en 1978, durante una ola de ataques en diversos países europeos, y desde entonces se hicieron tres actualizaciones para modernizarlo.
Contiene en la actualidad más de 400 medidas que conciernen prácticamente a todos los sectores de la sociedad.
La fase de alerta roja fue decretada el 11 de enero, cuando se inició la intervención en Mali, y pasó a rojo reforzado luego de los atentados en Boston del pasado lunes.
Valls pidió a las prefecturas y las fuerzas del orden incrementar los patrullajes en lugares de gran concentración de personas, como edificios públicos, estaciones de autobuses, trenes y metro, así como en los aeropuertos.
