Tres grandes empresas alemanas están siendo investigadas por presunto fraude en relación con las obras del nuevo aeropuerto de Berlín, que acumula cinco años de retraso, indicó un diario local este domingo.
Siemens, Bosch y T-Systems, una filial de Deutsche Telekom, son sospechosos de enviar facturas infladas a la compañía constructora del aeropuerto BER, al sur de la capital alemana, afirma el Bild am Sonntag.
El artículo, que cita documentos internos, dice que la unidad anticorrupción del consorcio responsable del nuevo aeropuerto ha abierto una investigación sobre los pagos a estas tres empresas.
Las facturas en cuestión se remontan a antes de 2012, cuando inicialmente se preveía la apertura del aeropuerto, y fueron pagos reclamados por costes imprevistos. Ahora se prevé que el aeropuerto BER abra a fines de 2017.
Los abogados del consorcio encargado de construir el aeropuerto dijeron que el monto de esas facturas adicionales fue «sin parangón y sospechoso», según el Bild.
Bosch y T-Systems se negaron a hacer comentarios. El Bild citaba a un portavoz del consorcio, quien dijo que «todos los pagos efectuados desde el principio del proyecto serán sometidos a un nuevo examen global».
Un portavoz de Siemens se negó a comentar el artículo, diciendo no obstante a la prensa local que «si hay indicios de que se han vulnerado la ley y las normas internas, lo investigaremos de forma decidida, en cooperación con las autoridades competentes»…