Ryanair es la aerolínea de bajo coste que odian los viajeros. Además, dos revisiones a la baja de los beneficios realizadas a finales de 2013 han hecho que muchos inversores también la critiquen. Pero los temores a que el modelo de contención de costes de Ryanair fracase son infundados. La política de contención de Ryanair es la clave de su rentabilidad, pero ahora la aerolínea se ha encontrado un problema: el alto precio del petróleo, con el que no puede sacar ventaja a otras aerolíneas porque es el mismo para todas. Los gastos en combustible representaron el 48% de sus costes operativos en el tercer trimestre de 2013. Debido a esto, podría tener que establecer una estrategia a largo plazo para el crecimiento de los ingresos con el fin de mantener su rentabilidad, según Barclays. Ryanair siempre ha dado prioridad al número de pasajeros y a llenar sus aviones todo el año, bajando los precios todo lo que sea necesario para conseguirlo. Y planea reducir aún más los precios de los billetes: prevé que bajarán un 10% en el primer trimestre de 2014 en comparación con el primer trimestre de 2013. Esa previsión dio lugar a la revisión a la baja de los beneficios en noviembre. Según Ryanair, el motivo de la bajada es que la demanda en invierno está siendo más baja de lo esperado, pero parece más bien una reacción a la competencia de otras aerolíneas europeas de bajo coste como Norwegian Air Shuttle y Vueling, que han ampliado sus rutas y destinos en Europa. Pero Ryanair sigue teniendo muchas armas para luchar. Gracias a su sólido balance y a su política de contención de costes puede mantener los precios de los billetes de avión bajos durante más tiempo que muchas otras aerolíneas. Excluyendo el combustible, prevé que sus gastos operativos bajen un 7% en el periodo octubre 2013-marzo 2014. También podría ganar cuota de mercado si otras aerolíneas de bajo coste pasan a un mercado superior e incrementan los costes y los precios de los billetes. A pesar de tener más de 80 millones de pasajeros al año, Ryanair todavía tiene mucho margen para convencer a más personas de que vuelen con ella, aparte de los turistas que miran mucho los precios. En febrero introducirá un sistema de asignación de asientos en todos los vuelos y nuevas ofertas para familias y viajeros de negocios. A estos últimos no les gustan los aeropuertos secundarios en los que opera Ryanair, pero para su modelo de bajo coste seguirán siendo importantes. No obstante, según la compañía, la mitad de los 30 millones de pasajeros adicionales que prevé tener en 2019 volarán a aeropuertos principales, como el de Fiumicino en Roma. La presión sobre los precios en el sector debería ser temporal; después de todo, la que la ocasiona es la propia Ryanair. Por otra parte, una bajada del precio del petróleo sería muy beneficiosa para la compañía y daría lugar fácilmente a que Ryanair, que es la aerolínea más rentable de Europa, fuese también una propuesta atractiva para los inversores. Después de varias revisiones a la baja de los beneficios, sigue cotizando a un PER ligeramente inferior a 14,6, su PER medio en los últimos diez años…