La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair tuvo en el primer trimestre de su año fiscal (abril-junio) un beneficio neto de 78 millones de euros, un 21 por ciento menos que en ese mismo periodo del año anterior, informó hoy la compañía. En un comunicado, la aerolínea líder en Europa del sector «low cost» atribuyó la caída de sus beneficios al alto coste del combustible y a las huelgas de los controladores aéreos franceses durante esos tres meses.
En este sentido, los «costes por unidad» subieron un 4 por ciento debido, sobre todo, a un incremento del 6 por ciento de la factura del combustible (577 millones de euros), lo que supone el 47 por ciento del total de sus costes operativos. La compañía también recordó que el calendario de este año ha situado la Semana Santa fuera del primer trimestre fiscal, circunstancia que ha marcado la diferencia entre esos periodos en 2012 y 2013.
No obstante, Ryanair facturó entre los pasados abril y junio 1.340 millones de euros, un 5 por ciento más que el año anterior, por lo que mantiene invariable sus previsiones de beneficios para el ejercicio fiscal entre los 570 y 600 millones de euros. Asimismo, la aerolínea incrementó un 25 por ciento sus «ingresos auxiliares» gracias a un aumento de las reservas de asientos con prioridad, las tasas administrativas y las comisiones por el pago con tarjetas de crédito. «Como siempre, nuestras previsiones para el año completo son prudentes ya que las condiciones del mercado son duras por la recesión, la austeridad, el alto coste del combustible y el excesivo impacto de los impuestos sobre la aviación de los Gobiernos», explicó en la nota su director ejecutivo, Michael O’Leary. El directivo confió en que la compañía cerrará el año con un aumento del 3 por ciento en su tráfico de pasajeros, hasta alcanzar los 81,5 millones de usuarios, después de que durante el primer trimestre transportara 23,2 millones, un 3 por ciento más que en 2012.