Resolver la saturación que afecta al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) es primordial y no hay tiempo que perder, consideró María Larriva, especialista en control de tráfico aéreo, pues la operación con separaciones mínimas de 4.5 millas −frente a la norma internacional de por lo menos 5 millas entre aeronaves− ubica a la actual terminal ante un escenario no deseable que merma la seguridad operativa.
La especialista recordó que desde hace dos décadas, la consultora MITRE realizó un estudio sobre las características de aproximación al aeropuerto capitalino, donde rechazó la operatividad simultánea del AICM y de un hipotético aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, debido a interferencias en las rutas de aproximación.
Larriva coincidió con los hallazgos de MITRE, que determinaron que “la única aproximación que tenemos al aeropuerto de México está fuera de norma”, por lo que consideró “importante que se entienda que no podemos perder diez años más para estudiar Santa Lucía, porque Texcoco está más que estudiado”.
Añadió que Santa Lucía no sólo es incompatible con la operación del AICM, sino su espacio aéreo forma parte de la zona que los controladores de tráfico aéreo utilizan para acomodar “vectorialmente” a los aviones que buscan aproximarse a la Ciudad de México, separarlos y perfilarlos para aterrizar.
Este patrón de descenso comienza a 11 o 13 mil pies –las únicas dos altitudes posibles por las condiciones orográficas de la región–, y ocurre justo sobre Santa Lucía, por lo que no puede hacerse en otro espacio porque quedaría fuera de la configuración del sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS) de las aeronaves.
La capacidad máxima del AICM es de 60 aviones por hora, que equivalen a mil operaciones diarias y 360 mil al año. “Están metiendo 450 mil, que equivale a un 20% más”, advirtió la asesora en temas aeronáuticos.
¿Por qué no al AISL?
Desde el punto de vista del control de tránsito aéreo, según Larriva, la apuesta de los próximos 40 años se debate entre un aeropuerto con gran capacidad frente a dos o más con capacidades limitadas, ésta última opción representada por el proyecto de mantener el AICM y construir el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL), propuesto por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Un nuevo aeropuerto sería vital para el desarrollo de la industria aérea nacional, que actualmente representa el 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera más de un millón de empleos directos e indirectos, de acuerdo con la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero)…