Este jueves, 24 de marzo, se cumple el primer aniversario del accidente de la compañía aérea alemana Germanwings en los Alpes franceses en el que murieron un total de 150 personas (45 españoles) y en el que tras las investigaciones se ha concluido que el copiloto Andreas Lubitz estrelló deliberadamente el avión.
El vuelo 9525 de la compañía aérea alemana partió a las diez horas del aeropuerto de Barcelona con un piloto, un copiloto, cuatro miembros de tripulación de 144 pasajeros a bordo. Unos 40 minutos después se producía el impacto.
La Oficina de Investigación y Análisis francesa (BEA) concluyó recientemente en su informe final sobre la tragedia que, «de forma definitiva», el copiloto Andreas Lubitz estrelló el aparato voluntariamente contra los Alpes franceses.
Lubitz, que sufría depresión, modificó intencionadamente los ajustes del piloto automático para que el aparato descendiera y no respondió ni a las llamadas de los controladores ni a los golpes en la puerta de la cabina.
En ese documento, la BEA pide, entre otras cosas, que se exija un seguimiento médico a los pilotos con antecedentes psicológicos o psiquiátricos y que se alcance un «mejor equilibrio» entre el mantenimiento del secreto médico y la seguridad pública…