Los virus no entienden de fronteras. Pueden originarse en una zona rural de México, como la gripe A, o en una ciudad china, como el SAR, y extenderse por el planeta. La distancia geográfica no supone ningún freno, por lo que a la hora de predecir su origen y propagación puede que sea más importante otra variable que la puramente física: la intensidad en el flujo de pasajeros por avión de una ciudad a otra, por lo que a la hora de transmitir una enfermedad puede que esté más cerca Madrid de Nueva York que de Burgos.
Este ha sido el punto de partida del que se ha valido un equipo de cientÃficos alemanes y estadounidenses para desarrollar un modelo matemático que predice el origen y expansión de una enfermedad y en el que se ha sustituido la distancia geográfica por una basada en el tamaño de sus ciudades y la frecuencia de sus vuelos.
«Con esta nueva teoría podemos reconstruir los orígenes de los brotes infecciosos con mayor seguridad, calcular la velocidad de difusión y prever cuándo llega un frente epidémico a cualquier lugar del mundo», explica el físico teórico Dirk Brockmann, uno de…