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Mayor armonía en las comunicaciones aeronáuticas

Uno de los requisitos básicos de la seguridad aérea pasa por contar con una red de comunicaciones eficaz y moderna. En los procedimientos ejecutados antes de cada despegue participan varios agentes en distintas fases. Un error en su comunicación puede provocar un accidente y, si se tiene en cuenta que el tráfico aéreo crecerá en Europa un cincuenta por ciento para 2035, la integración coherente y clara de la comunicación es fundamental para lograr que este sistema de transporte sea seguro y eficaz.

El proyecto financiado con fondos europeos SANDRA («Seamless Aeronautical Networking through integration of Data links Radios and Antennas») trabaja para integrar los sistemas modernos de comunicación, complejos y dispares en su naturaleza en una arquitectura digital coherente que abarque una amplia gama de aplicaciones y servicios.

«Las comunicaciones digitales son comunes en todos los ámbitos de la vida. Basta con comprobar la cantidad de gente que utiliza teléfonos inteligentes y tabletas. No obstante, las aeronaves suelen contar con la combinación de un sistema de comunicaciones analógico de varias décadas de edad y otro satelital independiente que complica las comunicaciones de cabina y les resta eficacia. SANDRA simplificará el proceso para los pilotos y generará una plataforma para la prestación de servicios más numerosos y avanzados, acercando así al siglo XXI las comunicaciones de cabina», afirmó el Dr. Markus Werner, director ejecutivo de TriaGnoSys, uno de los socios del proyecto.

Los responsables científicos de SANDRA estudian estrategias innovadoras con las que coordinar las operaciones de la tripulación, los servicios en vuelo y en tierra para los pasajeros, la gestión del tráfico y los servicios de seguridad. El consorcio identificó cuatro ámbitos principales que precisan soluciones integradas y que se resumen en sistemas de servicio, red, radio y basados en antena.

Sus socios afirman que generará servicios de ATM («Gestión del Transporte Aéreo») capaces de transferir una gran cantidad de datos. Prevén además un cambio de paradigma en los próximos diez años que desplazará las comunicaciones de voz entre los controladores del tráfico aéreo y los pilotos en favor de sistemas de control del tráfico aéreo basados en comunicaciones de datos entre ordenadores.

Las tecnologías electrónica y de comunicación aeronáuticas ya se encuentran inmersas en una evolución desde el ámbito analógico hacia el dominio digital, por lo que uno de los obstáculos que el modelo de arquitectura de SANDRA trata de solucionar es la integración de los dominios de servicio con distintas funciones en una red racionalizada. En este contexto, el sistema de comunicación de SANDRA procura aumentar la rentabilidad y satisfacer una previsible demanda comercial elevada de servicios mejorados de comunicaciones de cabina y de banda ancha para los pasajeros.

El consorcio completó con éxito en junio de este año en el Centro Aeroespacial Alemán varias pruebas con AeroMACS, un sistema de comunicación aviónica basado en una arquitectura de radio modular y flexible. «AeroMACS proporcionará conectividad de banda ancha inalámbrica en el espacio aéreo aeroportuario destinada a la industria aeronáutica. El ensayo permitió validar esta tecnología y su conformidad con la futura red móvil basada en IPv6», explicó Massimiliano Amirfeiz, responsable de Innovación de Sistemas de Aviónica de Selex ES, la empresa coordinadora del proyecto.

Las pruebas de vuelo permitieron descubrir los beneficios potenciales que aportaría SANDRA a ámbitos como la mejora de la integridad y la seguridad del vuelo gracias al uso flexible de todas las conexiones disponibles y a una mayor fiabilidad originada por la integración de la red. La compatibilidad de la tecnología de SANDRA podría aumentar el interés de las líneas aéreas por la instalación de nuevas tecnologías de comunicación.

El planteamiento de SANDRA mostrará la capacidad que posee la arquitectura integrada para reconfigurarse y adaptarse fácilmente a la implementación flexible de servicios de comunicación nuevos. La Unión Europea aportó cerca de 15,6 millones de euros a la iniciativa.

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