Vicente de Antonio, a sus 68 años, es un ejemplo de cómo alcanzar las metas que uno se propone cuando las circunstancias no ayudan. Su gran pasión, desde el día de su nacimiento, ha sido la aviación. Y a este oscense de 68 años al poco de venir al mundo se le diagnosticó un grave problema cardiaco que dio momentáneamente al traste con sus sueños de convertirse en piloto.
«He sido toda mi vida profesional un chupatintas, pero a mà lo que me gusta de verdad es volar», afirma De Vicente, que también es pintor y escritor que el año pasado publicó la biografía novelada del republicano José Garuz titulada Soy analfabeto, señor. Por eso, ya desde la juventud, se ha dedicado a la construcción de aviones. «En los años 60, con varios amigos, hicimos varias avionetas y una de ellas voló», afirma.
Su última creación es un ultraligero monoplaza que construyó en el 2003 y con el que vuela siempre que puede. Se trata de una proeza a la que él quita importancia, pues dice que a lo largo de su vida ha ensamblado 10 aviones, «cinco en solitario y cinco en equipo». Pero sus hazañas aéreas no han pasado inadvertidas, y ahora la compañía de seguros Aviva lo ha seleccionado, junto con otras siete personas anónimas entre 65 y 86 años, para realizar una campaña publicitaria en la que se muestra cómo con fuerza de voluntad e ingenio se pueden superar todas las dificultades y ser feliz.
De Antonio, que tiene licencia de instructor de ultraligero y de vuelo a vela, hace frecuentes escapadas con su ultraligero, que construyó en 18 meses con materiales aeronáuticos. «Solo he sufrido un accidente, cuando el motor de un aparato se paró en seco y caÃ…