Dotados de tecnología móvil, los funcionarios del Servicio de Inmigración de Estados Unidos y la Oficina de Protección de Fronteras (CBP) verifican los antecedentes de los viajeros desde que obtienen la visa hasta cuando hacen la reserva en la respectiva línea aérea, realizan su chequeo en el aeropuerto y pasan a la sala de espera para abordar el avión.
Además, las autoridades de seguridad e inmigración de ese país han ubicado agentes en los principales aeropuertos del mundo para chequear los pasajeros antes de que aborden los vuelos hacia este país, en una medida más de su política de lucha contra el terrorismo "más allá de las frontera".
Entre los aeropuertos que hacen parte de esta cobertura se cuentan los de Ciudad de México, Ciudad de Panamá, Ãmsterdam, Londres, Fráncfort, Manchester, Madrid, París y Doha.
Muchos de los posibles sospechosos no necesariamente figuran en las listas internacionales de prófugos de la justicia o terroristas. El agente de turno, con las listas de pasajeros y tripulaciones a mano, recomienda a la aerolínea cuál persona consideran que no es admisible en los Estados Unidos, anticipándose así a evitar riesgos para la seguridad nacional.
Todo por la seguridad
El programa de inspección de pasajeros en el extranjero, tiene dos variantes: la primera, revestida de cierta informalidad conocida como Programa de Asesoramiento de Inmigración (IAP), en donde el funcionario simplemente aconseja quien no debe abordar el avión, y la segunda, con personal uniformado y armado, puede realizar chequeos electrónicos y revisiones de equipajes en búsqueda de armas, drogas o divisas de contrabando.
Esta segunda versión se acaba de poner en marcha en el aeropuerto de Abu Dabi, en Emiratos Ãrabes, uno de los que mayores flujos de pasajeros genera hacia los Estados Unidos, con viajeros provenientes de Oriente Próximo, Ãfrica y parte de Asia.
Los detalles de la operación de dichos programas no son ningún secreto. El plan que busca cubrir los 25 aeropuertos con mayor tráfico de pasajeros hacia Estados Unidos fue explicado con amplitud por el Comisionado de la CBP, Kevin McAleenan, en un documento dirigido al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, la semana pasada en Washington.
El funcionario indicó que estos programas han demostrado su eficacia hasta el momento, pudiendo evitar la llegada a territorio estadounidense de más de 18.000 viajeros de "˜alto riesgo"™. También se han evitado costos y multas de repatriación de pasajeros, por visas mal documentadas, estimados en más de 50 millones de dólares.
La estrategia de "autorización previa para abordar" disminuye en buena parte los niveles de riesgo, dijo McAleenan.