Por: Aleksander Popovich, Senior VP Customer, Financial and Digital Services, IATA.
En tiempos normales, el verano en el hemisferio norte es la temporada alta para la industria de los viajes aéreos. Los aeropuertos y los aviones se llenan con veraneantes que viajan para ver a los amigos y familiares, explorar nuestro planeta o posiblemente relajarse en una playa o cabaña en algún lugar.
Pero los tiempos están lejos de volver a la normalidad. Debido al COVID-19 y a las medidas del gobierno para limitar la propagación de la enfermedad, los aeropuertos están casi vacíos y los vuelos que todavía operan vuelan solo con la mitad de los pasajeros, en promedio. Una situación similar- o peor – enfrentan nuestros socios en toda la cadena de valor de los viajes y el turismo, incluyendo hoteles, restaurantes, centros de conferencias, agencias de viaje y proveedores de sistemas y tecnología.
Claramente, esto no es sostenible – no para la industria aérea, cuyas pérdidas llegarán a los US $84 mil millones este año, y no para la economía global, la cual depende absolutamente de los viajes y el turismo debido a 330 millones de empleos y más del 10% del PIB global, de acuerdo con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (World Travel and Tourism Council, por sus siglas en inglés).
La noticia positiva es que conforme la amenaza del virus disminuye en ciertos países, algunas restricciones de viaje se han levantado. Pero el proceso es desigual y descoordinado. Muchos gobiernos permanecen aún en confinamiento. Y otros están abriendo fronteras, pero implementando medidas de cuarentena- algunas veces específicas, algunas veces para todos. Los viajeros están confundidos y con incertidumbre de qué destinos están abiertos y cuáles serán los requerimientos de salud cuando lleguen ahí.
La Organización Internacional de Aviación Civil (The International Civil Aviation Organization, ICAO por sus siglas en inglés) ha publicado guías y recomendaciones para brindar confianza a los gobiernos para continuar con seguridad con la reapertura de sus mercados para los viajes y el turismo. El documento de ICAO, Despegue: Guía para viajes aéreos a través de la Crisis de salud pública del COVID-19 (Takeoff: Guidance for Air Travel through the COVID-19 Public Health Crisis) se desarrolló con la información de la industria, autoridades de salud pública, y los estados. Es un marco autoritario y comprensivo de medidas temporales basadas en riesgo para las operaciones de transporte aéreo durante la crisis del COVID-19.
Esto incluye medidas de sentido común como el incremento de limpieza y sanitización en los aeropuertos y aviones, el uso de cubrebocas, y la distancia física (en donde sea posible), declaraciones de salud de los pasajeros y el rastreo de contactos. Cuando esté disponible una prueba más rápida y confiable para el COVID-19, también podrá integrarse en el proceso de salida en el aeropuerto para reducir el riesgo de contagio.
La prioridad hoy es que los gobiernos trabajen con la industria para acordar la implementación de estas recomendaciones para que los viajes internacionales puedan volver. También necesitamos que los gobiernos consideren medidas alternativas a la cuarentena para reabrir sus economías, porque los requerimientos de cuarentena son equivalentes a mantener el cierre en la economía, en lo que respecta a los viajes. Un estudio reciente de opinión pública reveló que el 80% de los viajeros no considerarían siquiera viajar si les impusieran medidas de cuarentena al llegar a su destino.
Todos dentro de la cadena de valor de los viajes, estamos realizando una reingeniería en nuestros procesos y oferta de servicios para reducir el riesgo de infección para viajeros y empleados. Y estamos buscando el principio de una pequeña recuperación en algunos mercados. Pero seguimos lejos de regresar a la normalidad. La forma más rápida de llegar ahí es que todos los elementos de los sectores de los viajes y el turismo fomenten que los gobiernos adopten el enfoque en capas para los viajes seguros contenido en el documento de Despegue de ICAO…