La aerolínea turca presenta un plan a 2023 destinado a reducir su impacto en el cambio climático a través de la eficiencia energética y el reemplazo de su flota por nuevos aviones menos contaminantes y más silenciosos.
Turkish Airlines ha emprendido una amplia gama de iniciativas para aumentar la eficiencia del combustible y reducir la huella de carbono. Como resultado, ha logrado vuelos un 20% más eficientes que hace 9 años y continúa reduciendo su huella: Turkish Airlines lleva un ahorro acumulado de 43.975 toneladas de combustible, lo que corresponde a una reducción de 138.522 toneladas de CO2 a finales de 2016. En total, se han reducido 1.329.783 toneladas de CO2 desde 2008.
Turkish Airlines también figura en cuarto lugar en la clasificación de eficiencia de combustible realizado sobre las 20 principales aerolíneas en rutas transatlánticas entre Estados Unidos/Canadá y Europa, según el informe publicado por International Council on Clean Transportation (ICCT).
Lanzó en 2008 su Fuel Saving Project, que ha obtenido la aprobación general tanto en evaluaciones nacionales como internacionales. En 2016, Turkish Airlines fue galardonada como «Low Carbon Hero» en la 3ª Cumbre de Carbono, organizada por la Universidad Técnica de Estambul. En 2017, se consagró ganadora en la categoría ‘Gestión de Carbono y Energía’ en el marco de los Sustainable Business Awards, organizados por la Academia de Sustentabilidad.
Siguiendo este camino hacia la sustentabilidad y el cuidado del impacto ambiental, Turkish Airlines busca mantener su posición de liderazgo cumpliendo con sus objetivos de reducción de emisiones de carbono, ruido y calidad de aire. Por este motivo, incorporará en 2023 una nueva generación de Airbus y Boeing, energéticamente más eficientes; que le permitirá continuar sus operaciones y planificar viajes futuros con un fuerte sentido de responsabilidad ambiental y social para Turquía y para el mundo…
