México necesita un gran aeropuerto. Y los grandes aeropuertos necesitan grandes aerolíneas. Y las grandes aerolíneas necesitan para su desarrollo, una política aérea positiva. Por eso el país necesita trabajar en hacer realidad la infraestructura aeroportuaria que la Ciudad de México necesita, y en robustecer las aerolíneas que alimentarán a ese aeropuerto de los pasajeros que se requieren para hacerlo rentable.
Digamos que hemos dado el primer paso al decidir recientemente la ubicación que tendrá el nuevo aeropuerto, o ampliación del actual como lo ha llamado el propio titular de la Secretaría (Ministerio) de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza.
De acuerdo con la información proporcionada, el terreno que alojaría la ampliación mide 5 mil hectáreas, suficiente si se considera que el actual ronda las 750.
No somos los únicos que entraremos a la construcción de un nuevo aeropuerto de grandes magnitudes. En la capital de Turquía, Estambul, se construirá uno con capacidad hasta para 150 millones de pasajeros, que será el aeropuerto hub de Turkish Airlines, una compañía aérea que está creciendo y compitiendo globalmente a las grandes aerolíneas como son Air France, Lufthansa, Delta Airlines, American Airlines, United y otras.
Emiratos Ãrabes Unidos acaba de ampliar la capacidad del aeropuerto de Dubái para atender 80 millones de pasajeros. SÃ, un país de poco más de 8 millones de habitantes con un aeropuerto de esas dimensiones, gracias en mucho a la compañía Emirates Airlines que tiene vuelos a 70 países en los cinco continentes y que ha hecho de este aeropuerto un centro de tráfico mundial y que lo ubica en el lugar 13 entre los grandes aeropuertos del mundo.
México, por su ubicación geográfica, bien podría tener un aeropuerto hub de conexiones entre Sudamérica y Asia, y hacia Norteamérica. Ya son muchos los ejemplos de pasajeros de negocios y turismo que vuelan de Centro y Sudamérica con destino a China o Japón que están utilizando los vuelos de Aeroméxico a esos países. Las razones son claras. Para los latinos, es preferible viajar en una aerolínea con cultura latina e idioma español, que en una estadounidense, como sería la otra alternativa.
Pero convertirse en un hub aéreo, precisa de una mayor oferta de conexiones aéreas que las aerolíneas base tienen que construir. Y para ello, se precisa de un ambiente de apoyo a las aerolíneas, que en México no hemos tenido en los últimos años. Basta recordar los permisos que a diestra y siniestra dimos en la administración del ex presidente Vicente Fox, para crear aerolíneas que vinieron a destruir valor como fue el caso de Mexicana de Aviación.
Hoy, diez años después, prácticamente estamos igual en cuanto a número de aerolíneas y sus tamaños que teníamos, antes de entrar en una fiebre de apertura de nuevas. Aeroméxico es la mayor moviendo poco más de 12 millones de pasajeros, le sigue Interjet con poco más de 8 millones, Volaris, que rebasa los 7 millones, y VivaAerobús, con poco más de 3 millones, y luego Aeromar y Magnicharters.
Pero con ese tamaño de empresas, no podemos pensar en llegar lejos para competir con un aeropuerto de carácter internacional, a pesar de…