Mucho se ha hablado sobre «la revolución de los aviones» que está implementando el Gobierno Argentino, la que busca duplicar el volumen del mercado aéreo entre 2017 y 2020. Son bastantes los cambios y progresos que hoy está viviendo la industria aérea argentina, ya sea por la llegada de nuevas compañías, en especial las de bajo costo, cuantiosas inversiones, ampliaciones de terminales y la mejora en los resultados de su aerolínea de bandera entre otras cosas.
Sin duda, Argentina está pensando hoy a lo grande y para ahondar más en estos cambios y los nuevos desafíos que traerán consigo, AeroLatinNews entrevistó de forma exclusiva a Agustín Rodríguez, presidente de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA).
ALN: ¿Cómo observan la evolución o revolución del mercado aéreo argentino?
A.R.: Creemos que la competencia beneficiará al público por la mayor oferta de destinos y combinaciones de vuelos, y también fomentará la superación constante de los niveles de servicio. Esto ya está sucediendo, con más y más vuelos y destinos nacionales, en algunos casos conectando nuevas ciudades entre sí sin la necesidad de pasar por Buenos Aires. Además, las reformas realizadas en los aeropuertos del interior han permitido lanzar diversos servicios aéreos a destinos de países limÃtrofes. En el mes de octubre, el tráfico entre esos aeropuertos y el exterior creció 76% interanual.
En lo que a nosotros respecta, también buscamos siempre mejorar nuestro servicio y nos gusta decir que tenemos clientes, no usuarios; por ello lo que emprendimos con EANA es un verdadero cambio cultural en el sector. precisamente, a esos clientes nos debemos.
Nuestro objetivo primario es la búsqueda de un espacio aéreo seguro, eficiente y ordenado. Hacía esas premisas van encaminadas todas nuestras políticas, revalorizando el profesionalismo de nuestro colectivo laboral.
ALN: Al conocerse el plan de desarrollar el mercado aéreo argentino y el arribo de nuevas empresas del área ¿Qué desafíos cree usted que plantea este crecimiento en operaciones y compañías?
A.R.: Los servicios de navegación aérea son un eslabón importantísimo en el transporte aéreo, y todo proceso que implementemos para mejorar nuestro servicio está dirigido, en particular, a que las aerolíneas ya establecidas y las que se van estableciendo ahora cuenten con servicios de calidad mundial. Nuestros objetivos no son pequeños: Aspiramos a que Argentina cuente con servicios de navegación aérea al nivel de los mejores del mundo.
La jerarquización de los servicios de navegación aérea forma parte de la política de crecimiento aerocomercial que impulsa el gobierno. Cada día, encaramos nuestro trabajo con ese horizonte. El plan La Revolución de los Aviones, del Ministerio de Transporte, que busca duplicar el volumen del mercado aéreo entre 2017 y 2020, nos asigna un papel crucial para la consecución de este objetivo. Esto es algo que tenemos presente en todo momento.
Así como buscamos ampliar la capacidad de nuestro cielo, y vamos incorporando tecnología y procesos que nos hacen más eficientes, también cabe decir que en muchos destinos del país hay mucho margen de crecimiento sin necesidad de grandes inversiones, porque el movimiento aéreo allí es todavía bajo. No obstante, miramos el presente y planificamos para un futuro grande y de largo alcance. El futuro lo venimos proyectando con precisión desde nuestro Departamento de Estadísticas, el cual está produciendo datos de alto valor, que compartimos con otras instancias del Estado Nacional y la industria, y sirven para tomarle el pulso al mercado en diversos sentidos.
ALN: Tras la determinación del gobierno de que EANA asuma el control del Tráfico aéreo ¿Cómo va la transición tras asumir la operación de estos servicios?
A.R.: Asumimos la gestión de los servicios de navegación aérea el 1 de agosto de 2016 y a la fecha podemos decir que ha sido una transición tranquila, lo que habla a las claras que ha sido exitosa, con indicadores de progreso en cuanto a seguridad y eficiencia. Ello va acompañado de un amplio programa de capacitación para nuestro personal operativo, sobre el particular, cabe resaltar la falta absoluta de planificación en esta materia. En efecto, el atraso acumulado hasta nuestra llegada, no sólo en lo netamente técnico sino también en otras cuestiones como el manejo del inglés aeronáutico, era alarmante.
Un logro dirimente en nuestra corta gestión fue la celebración del Convenio Colectivo de Trabajo que rige la actividad y la carrera profesional de los controladores aéreos, desde el inicio y hasta el fin de su vida laboral, algo inédito en nuestro país y en la región.
Estamos ejecutando el más ambicioso plan de inversión que jamás tuvo el sector de los servicios de navegación aérea, que abarcan desde infraestructura, a sistemas de navegación, comunicaciones y vigilancia. Mejoramos las condiciones edilicias de muchas dependencias e inauguramos la nueva torre de control del aeropuerto Cataratas del Iguazú. Estamos a días de inaugurar la nueva torre de control del Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, el aeropuerto con más movimientos de la Argentina. El plan de infraestructura incluye también la construcción de nuevas torres de control, en todo el país.
Próximamente contaremos con aviones propios para encarar los trabajos de verificación aérea de las señales de navegación (VOR) y de aproximación (VOR-ILS), pues hemos tomado la definición de auto-prestarnos el servicio, algo muy común en los países más modernos. Asimismo, esos aviones integrarán, más adelante, nuestro futuro servicio de Búsqueda y Salvamento.
ALN: ¿Cómo pretenden modernizar el espacio aéreo para alcanzar una mayor capacidad, eficiencia y seguridad operacional?
A.R.: Muchos de los equipos que heredamos superaban holgadamente la edad promedio máxima recomendada por la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), y esa edad se traducía en frecuentes salidas de servicio y altos costos de mantenimiento (en la actualidad vamos camino a auto-prestarnos muchos servicios que antes estaban delegados en terceros). Nuestro Plan de Inversiones ya está en marcha. En muchos casos, en cambio, la edad de los equipos no era un problema, pero no se contaba con equipos de respaldo (back-up), y decidimos contar con él. En otros casos, existe la tecnología, pero nuestros profesionales no contaban con la correspondiente capacitación; por ello, encaramos un Plan de Capacitación muy agresivo.
Por encima de esto, estamos invirtiendo fuertemente en nuevos equipos de comunicación aire-tierra, tierra-tierra (entre dependencias), en transmisión de datos, en radio-ayudas para el aterrizaje (ILS) y desarrollamos una actividad muy fructÃfera en materia de rediseño del espacio aéreo e implementación de procedimientos instrumentales PBN (tal como dio cuenta el ALN el martes 28-11), que emplean tecnología satelital. También renovamos nuestra infraestructura y cobertura radar, y vamos a incorporar más equipos nuevos.
Asimismo, hay que prestar mucha atención al personal operativo. Por eso desarrollamos múltiples acciones tendientes a la detección temprana de problemas que puedan convertirse en un peligro, y la implementación de soluciones previstas por la normativa internacional. Entre otras cosas, nuestro programa MEIC (Manejo del Estrés en Incidentes CrÃticos), con acciones de contención de carácter psicológico, viene desarrollando una labor ejemplar.
ALN: Dado este incremento y ante la ya conocida escasez mundial de profesionales y técnicos especialistas en esta industria ¿Crecerá la necesidad de contar con especialistas del área? ¿Existe actualmente oferta suficiente de este tipo de especialistas o se abren a la idea de incorporar personal extranjero?
A.R.: El tema disponibilidad de profesionales ha adquirido una importancia singular en estos últimos tiempos, y esto se siente bastante en Argentina. En el mercado argentino existen controladores egresados del CIPE (Centro de Instrucción, Perfeccionamiento y Experimentación), de cuya base estamos tomando entrevistas para incorporar nuevos trabajadores.
En cuanto a la dotación objetiva, el sistema heredado contiene serias distorsiones. Así, tenemos dependencias con la dotación cubierta en exceso y otras con clara escasez. El desplazamiento de nuestros profesionales es un tema complejo y las habilitaciones locales llevan un cierto tiempo. Lo que quiero significar es que no se puede reducir el tópico a una cuestión estrictamente económica. La capacidad y el tiempo de formación de nuevos profesionales nos presentan desafíos difíciles.