SALÓN VIP

El evangelio según Branson

El magnate inglés fundador de Virgin Group dedica el 90% de su tiempo a lo que hoy considera su misión: tratar de convencer a empresarios y gobernantes de que es momento de encarecer los combustibles contaminantes y generar más empleos vinculados a energías limpias, entre otras causas.

Por difícil que resulte de creer, Sir Richard Branson "“el magnate inglés de Virgin Group devenido en filántropo, el mismo que en 2008 invitó a un retiro medioambiental en su isla privada en el Caribe al ex primer ministro Tony Blair; al fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, y al cocreador de Google, Larry Page"“ era, hace unos años, un escéptico sobre el cambio climático.

"Como muchas personas entonces, el calentamiento global no había aparecido realmente en mi radar, no se había vuelto un tema. Pero ahora sí se ha convertido en un gran problema y ocupamos mucho tiempo en esto", dice.

El estudiante rebelde y con dislexia que no terminó el colegio "“lo que no le impidió erigir Virgin Group, el conglomerado presente en medio centenar de países, con unas 400 empresas en sectores tan variados como la telefonía móvil y los cómics, las aerolíneas, los cruceros y los vuelos espaciales (esta última, todavía en veremos tras un accidente en 2014)"“, hoy viaja por el mundo transmitiendo un mensaje sustentable con un énfasis que a ratos lo hace sonar, más que como un hombre de negocios, como un San Francisco rubio y mejor vestido, o como la cita perfecta para un almuerzo con la actriz Sigourney Weaver"¦

Pero es que Branson, como empresario, nunca fue un tipo tradicional.

"Yo también partí en el periodismo, cuando las grabadoras eran más grande", dice Branson al observar el dispositivo digital en que se grabará la conversación. Es cierto que se inició en medios: a los 18 años lanzó la revista Student, donde se escribía sobre educación y protestaban contra la guerra de Vietnam. Una incursión en el mundo editorial que logró un alto tiraje y le permitió saltar a la música, primero vendiendo discos baratos por correo, y luego abriendo la primera tienda Virgin, que derivó en un sello en el que grabaron Sex Pistols, Simple Minds y Human League, entre muchos otros.

Estos primeros pasos son los que llevaron a Branson a tener más de 50 mil empleados en el mundo, construir una marca (que nació de la anécdota de ser virgen en los negocios) conocida a nivel global y figurar hoy en el raking Forbes con un patrimonio de 5.000 millones de dólares, que lo convierten en el duodécimo británico más rico de su país. Son los pasos que le permiten, además, tener reuniones de alto nivel para hablar sobre el medioambiente y haber sido invitado a la conferencia Nuestro Océano, donde compartió, entre otros, con el secretario de Estado John Kerry y la presidenta Michelle Bachelet.

Branson tira su chaqueta sobre la alfombra, se sienta en un sillón y le pide un té a su asistente Helen Clarke. Está listo para comenzar.

-¿Es verdad que su preocupación por el medioambiente comenzó desayunando con Al Gore? ¿Fue él quien lo "evangelizó"?

-Ha sido un interés de toda la vida. Me crié en una zona campestre y como la mayoría de la gente, tengo amor por el mundo, por la belleza, por los árboles y los océanos. Pero específicamente sobre el tema del calentamiento global, pasó que Al Gore vino un día a mi casa y me dijo: tienes un alto perfil público y debieras usarlo para tratar de hacer campañas con líderes del mundo empresarial, para que ellos empaticen con el medioambiente y se alerten de los peligros del calentamiento. Y, como resultado de esa reunión, he hecho bastante en ese frente. Esto debe haber sido por el año dos mil y algo, antes de que saliera Una verdad incómoda.

-Ese documental se estrenó en 2006, hace ya casi una década. ¿Qué cambios en el debate percibe desde entonces?

-Cada vez más y más líderes del mundo empresarial están preocupados de esto, pero también se están dando cuenta de que no pueden dejar todo a otros: deben ayudar a los polí­ticos, al sector social. Y si tienen habilidades empresariales, éstas pueden ayudar a resolver algunos de estos problemas. Así que lo que los líderes del mundo empresarial están diciendo "“con los que yo hablo, al meno"“ es: asegurémonos de que el planeta sea carbono neutral (removiendo de la atmósfera tanto bióxido de carbono como el que se agrega) al 2050.

"No necesitamos encontrar más crudo, no necesitamos encontrar más carbón… lo último que debiéramos considerar es explotar la Antártica y el Ártico".
-Esa meta es una de las que ha impulsado a través del B Team, que reúne desde el CEO de Unilever hasta a Arianna Huffington. Suena muy loable, ¿pero le parece realista, considerando los plazos?

-Es 100% realista. Tiene que pasar. Lo emocionante es que si cambias el petróleo (como fuente energética principal), el sol estará allí­ por siempre. Luego de tres o cuatro años de utilizar energía solar, ésta no cuesta nada, así que el desembolso de las personas en las cuentas de energía será muy bajo, por siempre. El crudo puede llegar a 50 dólares el barril y siempre fluctúa. Con otras energías mantienes el dinero en el país, no lo envías al Medio Oriente. Tiene mucho sentido.

-¿Cuánto de su tiempo lo dedica hoy a actividades relacionadas con el medioambiente? ¿Es usted más empresario o filántropo?

-En actividades sin fines de lucro ocupo cerca del 90%. Tenemos una organización llamada The Elders (que fundó junto con el músico Peter Gabriel; con quien luego fichó al ex presidente sudafricano Nelson Mandela), que ve temas de resolución de conflictos mundiales. Tenemos The Ocean Elders, que trata de proteger a las especies acuáticas y crear más parques marinos. Tenemos la Global Commission on Drug Policy (un panel de líderes mundiales entre los que también se cuenta el ex presidente Ricardo Lagos), que busca que los gobiernos traten a las drogas como un problema de salud y no como un problema criminal. Así que gastamos un montón de tiempo en estas cosas…

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