Recientes noticias como la ocurrida en México respecto a la posibilidad de paralizar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) expresada por uno de sus candidatos, generan una inestabilidad e incertidumbre que no debe existir en la industria aérea.
La industria aérea y las políticas asociadas a ella, deben considerarse políticas de Estado, al igual que las políticas de relaciones internacionales, educación, sanidad, etc"¦ generando el mayor consenso posible y la menor discrepancia entre las diferentes corrientes políticas, para poder dar una certidumbre y un marco jurídico estable a un sector económico, que a pesar de ser explotado en su mayoría por empresas privadas, constituye una necesidad pública para un país tanto para su cohesión territorial, como para su conexión internacional.
En estos momentos, en la región existen elecciones en el horizonte, en países tan relevantes para la industria como México, Brasil y Colombia y en todo ellos, la política de los diferentes candidatos debería ir enfocada a dar apoyo a un sector creador de empleo y de riqueza a los países.
Un ejemplo de buenas prácticas, en gobiernos de distintas tendencias, pueden ser las de Cielos Abiertos en Ecuador y la del desarrollo y apertura a la industria aérea en Argentina. Esto demuestra que la coherencia de las políticas no es cuestión de "color" político, sino de estrategia de país.
Desde el lado de la política, se debería considerar:
1- Considerar al tráfico aéreo como un servicio público, no un como un lujo al alcance de unos pocos. Hasta que no se entienda lo estratégico que hoy en día es el transporte aéreo de carga y pasajeros y el daño tan considerable que ocasionan los paros para una economía, no se podrán tomar decisiones adecuadas a la realidad en cuestiones como determinación de servicios mínimos.
2- Incentivar al tráfico aéreo para que más compañías puedan operar en cada uno de los países.
3- Seguridad jurídica relacionada con el negocio aéreo, dado que es un negocio cambiante y muy dinámico y la normativa se tiene que adaptar a estos cambios, generados en su mayoría para cubrir necesidades de los clientes como Joint Ventures Agreements, condiciones laborales de empleados, etc"¦
A modo de conclusión solo decir que el transporte aéreo y más en Latinoamérica, donde los transportes terrestres y fluviales no son una alternativa, se debe potenciar y considerar un servicio estratégico de país sin generar por ello discusiones políticas, dado que eso genera incertidumbre en una industria vital para la región.