Hoy en día, el panorama de las aerolíneas es mejor de lo que ha sido en muchos años. Tal es el mensaje que se desprende de la reciente convención anual de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional.
Por su parte, la IATA espera que las aerolíneas reporten un beneficio total de US$29.3 mil millones este año, en comparación con los US$16.4 mil millones obtenidos el año pasado.
El número de pasajeros durante el 2015 está creciendo a su mayor ritmo desde el 2010, dado que las economías continúan recuperándose de la crisis financiera global, a la vez que el precio de los combustibles baja. Esto le otorga a las aerolíneas, un mayor sustento para la rentabilidad. Por primera vez, la IATA espera que las aerolíneas, en promedio, retornen su costo de capital.
Aún así, a pesar del fuerte desempeño, los márgenes continúan delgados (con un pronóstico de 4% este año), en un sector donde las ganancias son siempre difíciles de ganar. Pero lo que me da optimismo acerca del futuro de la industria, es el trabajo que están realizando las aerolíneas para poder controlar sus propios destinos.
Esto implica, entre otras cosas, que los modelos de negocios están siendo reelaborados, los servicios están siendo revitalizados y se están armando nuevas alianzas. Y aunque mucho de este trabajo se encontraba escondido detrás de las difíciles condiciones económicas de los últimos años, ahora está comenzando a brillar.
El desafío de largo plazo para la industria es comprender y responder a las profundas tendencias subyacentes que darán forma al futuro. Incluso, podría decirse que la tendencia más influyente es el aumento de la región Asia-Pacífico.
Si bien esta ya es la región del mundo más grande para la aviación, en términos del número de pasajeros, para el año 2034 Asia-Pacífico duplicará los mercados de Europa y América del Norte combinados. Con el tiempo, es de esperarse que la región acorte su brecha con el líder actual: Norteamérica. Esta región ya ha reportado US$15.7 mil millones en beneficios, mientras que Asia-Pacífico registra US$5.1 mil millones. Las aerolíneas, dentro y fuera de Asia-Pacífico, están buscando la mejor forma de abarcar la diversidad de mercados y la posibilidad de conectarlos con otras grandes regiones.
La consolidación entre aerolíneas es una realidad existente a gran escala en América del Norte y Europa. Así, la próxima frontera será Asia-Pacífico, aunque en este caso la consolidación probablemente ocurrirá a través de la mezcla de diferentes modelos, en vez de meras fusiones. Personalmente veo a Qantas jugando un importante rol en esta fusión de la red Asia-Pacífico, a través de un crecimiento orgánico, logrando asociaciones con aerolíneas como Emirates, China Eastern y, tal como se anunció recientemente, con American Airlines, al igual que con una inversión minoritaria en Jetstar.
Una marca fuerte, una red amplia y los socios adecuados, son parte de las ventajas competitivas que permitirán cambiar el mercado global. Sin embargo, la ventaja competitiva más grande de todas, será el entendimiento del cliente (otra de las temáticas clave durante la reunión anual de IATA).
Con cientos de millones de nuevos pasajeros que ingresarán al mercado global de la aviación en las próximas dos décadas, las aerolíneas que entiendan claramente lo que sus clientes quieren y que sean capaces de adecuar sus servicios a dichas necesidades, tendrán la mayor probabilidad de éxito. Marcas como Apple, por ejemplo, son líderes mundiales que están estableciendo el estándar al que las aerolíneas aspiran.
Si las aerolíneas logran combinar una importante rentabilidad con una nueva generación de clientes enfocados en la innovación, compitiendo con las mejores marcas en otros sectores, el futuro de la industria será ciertamente brillante.