El viernes, Michael O"™Leary, el consejero delegado de Ryanair, visitó Milán, para presentar siete nuevas líneas que cubrirá su compañía desde el aeropuerto de Malpensa, una vez que parece que ya queda poco espacio para operar en Orio al Serio, en Bérgamo. Y aprovechando su estancia, le dio unos consejos a la moribunda Alitalia. O"™Leary no se muerde la lengua y dijo lo que todo el mundo piensa: Alitalia no se va a poder convertir en una línea aérea low cost porque los sindicatos no le dejarán. En su lugar, el mandamás de Ryanair le hizo una oferta a Alitalia: que abandone todos los vuelos interiores italianos, excepto Milán y Roma, y que se dedique a los vuelos internacionales, que Ryanair se compromete a alimentarla con su red de enlaces interiores. Pero, para ello, le hizo una segunda recomendación a Alitalia: ha de romper su acuerdo con Air France KLM, del que no saca nada y sólo le genera problemas.
O"™Leary es conocido por su lenguaje no diplomático, pero no siempre tras ello hay afirmaciones que pretenden provocar, sino que a veces dice verdades muy claras. La reacción de los sindicatos posterior a su rueda de prensa, hostil y virulenta, confirma sus temores: los sindicatos quieren mantener los puestos de trabajo y los salarios, lo cual es imposible en una empresa como Alitalia donde las pérdidas son incalculables. O"™Leary propone algo radical: concentrarse en los vuelos internacionales, que sí son más viables y dejar que Ryanair los alimente.
Esto nos aporta datos claros: O"™Leary ya no disimula que Ryanair, Easyjet y Vueling controlan el mercado de vuelos interiores italiano, sin que Alitalia tenga hoy un papel importante, sobre todo si la compañía quiere sanearse; en segundo lugar, y muy importante, Ryanair parece tener decidido no entrar en los vuelos internacionales, terreno en el que se está adentrando Norwegian, para nerviosisimo general en el sector. Y tercero, que el acuerdo Alitalia con Air France no sirve para Alitalia y sí a Air France, pero que no tiene futuro…
