De acuerdo a las predicciones del Boston Consulting Group, los millennials representarán casi el 50% del gasto con viajes hasta 2020. Tales cifras ponen en relieve la necesidad de que los actores de la industria de viajes aprendan cómo satisfacer las particulares necesidades de viaje de los millennials, con el fin de aprovechar este gran potencial de rentabilidad. Aunque abrazar la nueva tecnología es crucial para servir a los siempre conectados millennials, es fundamental una comprensión más profunda de lo que impulsa a este importante grupo demográfico para mantener la relevancia en este entorno cambiante.
La tecnología es el camino al éxito
La imagen del milennial adicto al celular se ha convertido en un cliché exagerado, sin embargo, está basada en la realidad, anunciándonos una transformación en los hábitos de viaje. Según datos de GSMA, en 2018 América Latina tenía 442 millones de usuarios móviles, lo que representa el 68% de la población total de la región. Este incremento en el uso de teléfonos inteligentes ha sido impulsado por los millennials. Al traducir esto en términos de viajes, nos enfrentamos con una generación que exige una experiencia altamente fluida y personalizada, impulsada por la tecnología.
Beneficios del trabajo
El 90% de los millennials ven los viajes como un beneficio de trabajo, y el 39% dicen que no aceptarían un trabajo que no ofrezca oportunidades de viaje. Estas cifras resaltan la importancia de las políticas de viajes corporativos en el escenario actual. Sin embargo, simplemente ofrecer más oportunidades de viajes no será suficiente para satisfacer las necesidades de los empleados millennials. De acuerdo a la investigación “Future Traveler Tribes 2030”, encomendada por Amadeus, los millennials ponen un mayor énfasis en un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida, en comparación con sus colegas de mayor edad. Mientras que el bienestar del viajero surge como un pilar central de una política de viajes coherente, las empresas tienen que mostrar un deber de cuidado hacia sus viajeros si esperan conservar a sus jóvenes reclutas. Tales medidas pueden incluir conceder acceso al lounge del aeropuerto, tiempo de recuperación del viaje y gestión de disrupciones.
Un modelo único no servirá para todos
Por haber crecido en un mundo de empoderamiento digital, los millennials tienen un deseo mayor de ser reconocidos como individuos. Cuando se trata de viajes no es diferente, lo que lleva a esta generación a exigir un proceso de reservas flexible, que les dé el control para crear una experiencia de viaje personalizada. Por lo tanto, los millennials están desafiando los límites de los viajes corporativos, y quieren más opciones de hospedaje, entrada rápida, prioridad de embarque, opciones de espera y conexión Wi-Fi a bordo. Gracias a la inversión en tecnología, los proveedores de viajes pueden ofrecer viajes valiosos adaptados a las necesidades de estos clientes.
La tendencia ‘bleisure’ se está anclando en el clima de las experiencias de viaje individualizadas. En consonancia con su deseo de viajar, los millennials están deseosos de aprovechar su tiempo en el extranjero mediante la adición de un par de días de ocio a su viaje. La cara de los viajes corporativos está cambiando, ya que la línea entre negocio y ocio se va difuminando cada vez más. Al conceder este incremento de flexibilidad en la política de viajes, las empresas pueden esperar un mayor nivel de bienestar del empleado ya que los niveles de estrés disminuyen y aumenta la satisfacción con el viaje. En definitiva, tomar una actitud bien planeada y estratégica hacia la gestión del bienestar del viajero capacitará mejores empleados y traerá resultados más contundentes…