En menos de dos décadas, Costa Rica habría triplicado la cifra de turistas que recibe anualmente, hasta acercarse a los tres millones para el cierre del 2016.
Si el cálculo se inicia en el 2004, cuando se rompió un techo y se llegó a 1,5 millón de visitas, la cantidad de extranjeros se estaría duplicando.
De mantenerse la tendencia de los tres primeros trimestres del año pasado, el país superaría los 2,9 millones de visitantes por las vías aérea y terrestre.
Hasta setiembre anterior, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) anotaba que 2,25 millones de personas habían entrado al país. Para entonces, el número era un 12,46% mayor al apuntado en los nueve primeros meses del 2015.
La tendencia positiva apunta a que Costa Rica se acerca con fuerza a la cifra de tres millones de turistas para el cierre de estadísticas del 2016 y, quizás, a alcanzar ese cantidad este año.
Pese a que aún no hay datos para octubre, noviembre y diciembre pasados, el país habría recibido, en todo el 2016, más de 2,9 millones de visitas, según un cálculo de La Nación que supone "“de forma pesimista"“ que se repitieron las cifras del último trimestre del 2015.
La cifra de tres millones de extranjeros sería algo más difícil, aunque no improbable. El país debería aumentar sus llegadas del último trimestre en un 13,7% respecto al 2015, en un año de crecimiento a dos cifras.
El ICT realiza estimaciones de la llegada de turistas a partir una serie de depuraciones de los registros migratorios que descartan a las personas que residen en el país y a quienes viajan con permisos temporales de trabajo.
Retos. "Todo indica que fue un año realmente bueno, con un crecimiento más elevado que el promedio", manifestó el ministro de Turismo, Mauricio Ventura.
Para los primeros nueve meses del 2016, la Organización Mundial del Turismo estimaba un aumento global de un 4% en la cantidad de turistas internacionales, en comparación con el año anterior. En Costa Rica, la cifra alcanzaba un 12,46%.
Por otro lado, los indicadores positivos plantean retos al país.
Un estudio publicado en abril pasado por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) subrayaba la estacionalidad y la atracción de un mejor perfil de visitantes como parte de los retos para el país.
Por ejemplo, mientras que, en 1999, el gasto promedio nacional por cada turista se acercaba a los $1.064, para el 2013 esa cifra había aumentado en solo un dólar.
Además, Costa Rica mantiene una tendencia ligada con fuerza a esa estacionalidad. En setiembre 2016, el país recibió la mitad de turistas de los que registró en enero, todo un desafío para la industria.
Sobre esto, el sector hotelero apunta algunas ideas. Gustavo Araya, presidente de la Cámara de Hoteles, cree que la "temporada baja" caracterizada por las lluvias es, en realidad, una "temporada verde" de alto potencial para el turismo ecológico.
Por su lado, el ministro Ventura coincide con otra de las apuestas del sector hotelero: el turismo de reuniones y convenciones.
"Casualmente se generan en nuestra temporada baja" , destacó el jerarca del ICT, quien considera que la capacidad adquisitiva de este tipo de visitante podría incrementar también el gasto promedio del turista extranjero…