En medio de las nuevas tiranteces con Estados Unidos por los misteriosos «ataques acústicos», que han derivado en trabas para los trámites consulares de cubanos en la isla, el Gobierno de Cuba ha modificado su política migratoria para facilitar los viajes a su país de origen.
Esas medidas aperturistas, que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2018, incluyen la eliminación de la habilitación del pasaporte, un trámite engorroso para los más de 800.000 cubanos residentes en el exterior; además de permitir el regreso a la isla a aquellos que salieron ilegalmente de Cuba en los últimos años, excepto a los que lo hicieron por la base naval de Guantánamo.
La medida no contempla a los profesionales que desertaron de sus misiones oficiales en el exterior para emigrar a EEUU apoyados en el Programa Parole, al que Cuba responsabilizó durante años de la grave «fuga de cerebros» que sufría.
También se facilita la ciudadanía a los hijos de cubanos nacidos en otros países, al eliminar el requisito de «avecindamiento» que les obligaba a pasar noventa días seguidos en la isla para obtener su carné de identidad.
«Estas medidas buscan regularizar la situación de la migración cubana, esa otra nación que vive en el exterior, y seguir abriendo la política migratoria», explicó el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray…