En una era en la que las personas privilegiadas buscan constantemente experiencias con las cuales obsesionarse para publicar en sus redes sociales, el espacio sí que es la frontera final; un lujo que solo puede pagar el uno por ciento del uno por ciento. Brad Pitt y Katy Perry son algunos de los que, según reportes, han desembolsado 250.000 dólares para viajar en una de las naves espaciales de Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson, impávidos ante una prueba de vuelo realizada en 2014 en la que la nave se estrelló y un piloto murió.
Ahora una empresa llamada Axiom Space les está dando a los que tienen montones de dinero y un espíritu aventurero algo nuevo que desear: el prospecto de un viaje de ocho días al espacio, lleno de lujos, aunque no totalmente cómodo, y que cuenta con algo del esplendor de la NASA.
Hace poco, en su oficina con alfombra gris, Mike Suffredini -veterano de la NASA, nativo de Houston y director ejecutivo de Axiom Space- se detuvo frente a un compartimento de madera del tamaño de una cabina telefónica.
Era un modelo de una cabina que será parte de una estación espacial comercial, de las primeras de su tipo, que Axiom construye: una mezcla de hotel boutique, campamento espacial para adultos y centro de investigación del calibre de la NASA diseñado para sobrevolar la Tierra a aproximadamente 400 kilómetros.
Axiom contrató a Philippe Starck, el diseñador francés que le ha dado estilo a todo tipo de cosas, desde habitaciones de hoteles de lujo y monitores de bebé, hasta el decorado del interior de estas cabinas espaciales. En su diseño, Starck forró las paredes con una tela color crema parecida a la gamuza acolchada y con cientos de pequeñas luces LED que brillan con varios tonos según el momento del día y el lugar en el que se encuentre la estación espacial respecto de la Tierra.
«Mi visión es crear un huevo cómodo y amigable en el que los muros sean muy suaves y estén en armonía con los movimientos del cuerpo humano en la gravedad cero», escribió Starck en un correo electrónico, y señaló que el efecto deseado era «un primer acercamiento al infinito. El viajero debe sentir que flota en el universo a través del cuerpo y la mente». Ser uno con el cosmos, pues…