Cada día mueren más de 3.500 personas en el mundo por accidentes de tráfico (1,3 millones al año; que llegarán a más de 2 millones en 2030) y, sin embargo, cada día nos montamos sin miedo al coche, no siempre en buenas condiciones (alcohol, cansancio, sueño, estrés…) y sin saber cómo va el que conduce en la otra dirección. Cada día hay 102.465 vuelos y cada año 2.790 millones de pasajeros utilizan un avión, pero nos sigue causando respeto hacerlo, no vaya a ser que… Según la OMT (Organización Mundial de Turismo) en 2014 se consiguió la cifra récord de 1.138 millones de turistas internacionales que cruzaron alguna frontera en sus viajes de placer.
En las últimas semanas varios ataques terroristas en Turquía, Egipto, París y Mali han causado más de 550 muertos. Estos atentados se unen a los que ha habido en 2015 en Túnez, LÃbano, Arabia SaudÃ, Yemen, Tailandia y Afganistán. Más de 750 muertos. Aunque muchos han sido indiscriminados, en varios casos las vÃctimas han sido turistas, porque el turismo es una de las bases esenciales de ingresos de la mayoría de los países y si se debilita el turismo, se crea más paro y se empobrece a la población. Y una población empobrecida es un buen caldo de cultivo para implantar sus ideas radicales.
El objetivo de los asesinos es, sin duda, asesinar. Pero un objetivo de largo alcance es sembrar el terror en la población, conseguir publicidad de sus actos, lograr que la gente evite esos destinos… Y si los que amamos viajar, hacer que "el turismo sea el mejor vehÃculo para la paz" como dijo Juan Pablo II, nos amedrentamos, cambiamos los planes de viaje o nos quedamos en casa, de alguna forma estamos siendo cómplices del objetivo de los terroristas.
Los atentados de París del 13 de noviembre mostraron dos actitudes ejemplares de los parisinos. Por un lado apoyo a su propio país y la solidaridad con las vÃctimas, cantando La Marsellesa y colocando velas y flores como homenaje a ellas; por otro, saliendo al día siguiente a las calles, cenando en terrazas y restaurantes, visitando discotecas y auditorios… Tratando de hacer una vida normal, aunque su mente y su corazón les pidiese otra cosa. También recibieron el apoyo con miles de minutos de silencio en todo el mundo o con imágenes como la de la gran pirámide de Keops en Giza, cubierta por las banderas proyectadas de LÃbano, Rusia, Egipto y Francia, en memoria de las vÃctimas de atentados terroristas.
Grandes ciudades turísticas como Nueva York, Londres, Madrid, Moscú y, una vez más, París han sufrido ataques terroristas de distinto tipo. Sin embargo, Nueva York habrá recibido a final de 2015, 55 millones de turistas, Londres superará los 18 millones de turistas, París y su región se acerca a los 35 millones de visitantes, Moscú y Madrid, a cierta distancia, están también entre los destinos turísticos más populares.
Está claro que el turismo a partir de ahora deberá tener muy presente la seguridad, invertir en ella y tal vez hacer un poco más incómodo el viaje. Pero todo en su justa medida. Se estima que Estados Unidos perdió 600.000 millones de dólares de ingresos por turismo en diez años tras los atentados del 11 de septiembre, sobre todo porque el Departamento de Estado estaba tratando a todo el mundo como si fueran terroristas. Uno de sus grandes presidentes y padre de la Constitución estadounidense, Benjamín Franklin dijo: "Cualquier sociedad que renuncie a un poco de libertad para ganar un poco de seguridad no merece ninguna de las dos cosa".
Por eso, entre otras cosas, no se puede renunciar a la libertad de viajar a cualquier destino porque, teóricamente, pueda ser más inseguro. Como demuestra la dura realidad, y recordaba recientemente Taleb Rifai, Secretario General de la OMT: "Ningún país es inmune o totalmente seguro". Los políticos y los militares deben tomar las medidas oportunas para combatir este tipo de terrorismo y cualquier otro, usando aviones, drones o tropas, mejorando la seguridad y colaboración, aumentando la prevención, combatiendo las vías de financiación y tráfico de armas a las organizaciones terroristas… Pero los viajeros, ¿qué podemos hacer?. Obviamente, seguir viajando…
Enrique Sancho es periodista especializado en turismo. Es director de Open Comunicación y de FEPET (Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo).