La temporada 2019 ya comenzó, y en los destinos locales prevén un verano con más turistas, que optan por viajar en el país y no afrontar los altos costos de una travesía al exterior, situación que se debe principalmente al gran impacto en el bolsillo de los argentinos que produjo un año duro teñido de devaluación e inflación .
En este marco, el secretario de Turismo de la Nación Gustavo Santos dialogó con Infobae sobre sus expectativas para este verano, los incentivos que puso en marcha para estimular el turismo, y todas las novedades que depara el 2019.
-¿Cómo van a viajar los argentinos en este verano 2019 en especial teniendo en cuenta la situación país?
-Bueno, van a viajar mucho porque va a haber muchas oportunidades para todos. De hecho la oferta de vuelos de las distintas empresas aerocomerciales del país va a multiplicarse este verano entre un 20 y un 30 por ciento. Solamente a Mar del Plata, por ejemplo, van a entrar 1500 personas por día por vía aérea durante el verano. Esto nos demuestra la política de expansión aerocomercial que hemos puesto en marcha y esto es una oportunidad para la gente. Va a haber pasajes de todos los costos, mucha oportunidad para comprar barato. De hecho, los descuentos que se ven en las distintas páginas de Internet o en las distintas empresas da cuenta de que se va a poder viajar barato. Así que los argentinos este verano van a volar mucho, van a volar más y van a poder visitar el país en su totalidad. Las expectativas que tenemos para el verano son muy buenas.
-La conectividad fue sin dudas la palabra clave en turismo en el país durante el 2018…
-Fue la palabra clave porque fue el año de las concreciones, pero la conectividad fue parte de nuestra visión desde el primer día. Recién asumidos, en enero del 2016, durante la primera feria en la que salimos en el exterior, el Fitur en Madrid, me preguntaron en un foro de prensa qué era para nosotros el turismo en Argentina y dije «conectividad o muerte». Somos un país tan grande como Europa y no tenemos forma de conectarnos cuando el turismo funciona hoy por escapadas, pocos días pero muchas veces al año, todas las que podemos, y además somos el país más austral del mundo, estamos lejos de todo, con lo cual si no desarrollamos la infraestructura de conectividad no tenemos ninguna chance de crecer. Ahí había que poner el foco antes que nada.
Hoy estamos viendo resultados. El desarrollo del cabotaje, el desarrollo regional… pero también la buena noticia de las rutas internacionales. La semana pasada llegó el primer vuelo de American Airlines de Los Ángeles-Buenos Aires, una ruta fundamental. California es un estado gigantesco, que tiene el proveedor de clientes más importante de los Estados unidos y no teníamos conexión directa con California. Ya está a la venta el vuelo de Madrid-Iguazú de Air Europa que empieza a volar el 1 de junio y que nos va a acercar al mundo porque ese vuelo dura 9 horas 10 minutos, parece mentira. Acortamos las distancias con la tecnología, con la innovación y sobre todo con un punto, que es el más cercano que tiene la Argentina, que es Misiones. Y así nos aproximamos más a Occidente, que es el principal emisor de turismo de todo el planeta.
-Y el aterrizaje definitivo de las aerolíneas low cost, con vuelos locales e internacionales, también es una punta que va a ayudar a que cada vez más personas puedan viajar.
-Sí, las low cost son una realidad en el mundo y no lo era solamente acá en nuestro país. Y van a entrar empresas, van a salir empresas, se van a incorporar otras… Va a haber una dinámica en el mundo aerocomercial a la que los argentinos no estamos acostumbrados. Teníamos una sola empresa que, ganando o perdiendo, la financiaba el resto de los argentinos, con lo cual era nuestra empresa de bandera, pero no teníamos otra opción, por lo que no había forma de que esa empresa fracasara. Hoy hay una lógica de mercado diferente. De hecho también dentro de poco va a empezar a volar la aerolínea chilena Jetmar, que va a volar también cabotaje.
Vamos a sorprendernos por el movimiento aerocomercial que va a tener el país. Argentina creció del 2005 al 2015 entre 2,5 y 3,5 veces menos que el resto de la región. Eso, si lo vemos mirando para atrás, es una frustración, pero si lo miramos para adelante es una oportunidad, y Argentina está recuperándose rápidamente de esa situación, cada vez son más los argentinos que vuelan, muchos por primera vez, y eso a mí me llena de alegría. Cuando tomamos el Ministerio (hoy Secretaría) en el 2015 teníamos unos 10 millones y pico de pasajeros de cabotaje en el país, cerramos 2017 con 13 millones, y vamos a cerrar el 2018 con entre 14 y 15 millones, lo que implica un crecimiento realmente exponencial, y que está demostrando que el camino que estamos siguiendo es el adecuado. En este contexto, Aerolíneas vendió muchos más pasajes que antes, pero ahora lo que pasó es que se amplió el piso de la demanda.
Nuestra tesis finalmente se cumplió y no era que se iba a perder la capacidad de venta de nuestra empresa de bandera. Como te digo, ha batido los récords históricos de venta, ha vendido más que nunca en valores absolutos de pasajes. Pero al haberse expandido la base de consumidores, también son otras empresas las que han podido vender más. Estamos mucho más conectados, mejor conectados, con múltiples alternativas, y por supuesto que nuestra aerolínea de bandera es la que lidera este proceso de desarrollo aerocomercial de la Argentina.
-Obviamente ahora que empezó el verano el foco está puesto en el turismo interno. ¿Cuáles son los incentivos que pusieron en marcha desde la Secretaría para que el argentino vacacione en el país?
-Lo primero que hay es una muy buena respuesta del sector privado a un mensaje que dimos, que dado que el dólar había ganado esta competitividad y que hacía que viajar afuera para los argentinos sea más dificultoso, iba a haber una visión de viajar dentro de la Argentina. Entonces esa situación, generada por una situación macroeconómica, hizo que seamos más cuidadosos con nuestros precios, muy cuidadosos con cómo atendíamos al cliente, porque era una oportunidad para reconquistar a muchos clientes que habíamos perdido en el turismo interno, para fidelizarlo. Y en general hubo una muy buena respuesta de nuestro sector privado, de nuestros proveedores turísticos. Y el aumento de precios promedio, más allá de que pueda haber un caso suelto que no entiende que hay que trabajar para todas las temporadas y no para una, ha estado en el orden del 30 por ciento, debajo de lo que va a ser el proceso inflacionario de este año.
Pero, además, ha habido actitudes provinciales muy importantes, en particular de la provincia de Buenos Aires, liderada por la gobernadora Vidal. Han hecho una multiplicidad de ofertas en las playas públicas, descuentos en supermercados, en balnearios, en hoteles, en gastronomía que realmente la han vuelto muy competitiva a Mar del Plata, que es uno de los íconos del verano argentino. Está pasando algo parecido en Córdoba, donde también hay propuestas de este tipo. Carlos Paz también tiene precios muy convenientes. Los hitos más fuertes del verano (las sierras de Córdoba, la Costa Atlántica) están siguiendo esta postura de facilitar las cosas a los argentinos para que puedan viajar por su país.
-¿Qué se puede hacer para traer cada vez más turistas extranjeros y cuáles son los mercados que más nos interesan?
-El gran desafío es seguir creciendo en turismo extranjero. El año pasado con un dólar que no nos favorecía, un dólar que el mundo decía que estaba atrasado, llegamos a los 6.700.000 turistas. Eso nos ubicó en primer lugar de América del Sur. El año pasado tuvimos 200 mil turistas más que Brasil, y eso principalmente se apuntaló en dos definiciones que tomamos: conectividad y devolución del IVA al turista extranjero…