Trujillo, la antigua capital de Honduras donde están los restos del filibustero estadounidense William Walker y cuya impresionante bahía es considerada una de las más profundas de América, quiere surgir como el segundo puerto del país para cruceros internacionales.
En esa histórica localidad del Caribe hondureño se levanta ahora un gran proyecto privado, de capital canadiense, que además de un muelle con capacidad para grandes buques incluye cerca de una decena de edificios para centros comerciales y un restaurante frente a la playa.
«Con la apertura del nuevo puerto para cruceros (en Trujillo) que está próximo a ser inaugurado, el turismo en el Caribe hondureño se incrementará», dijo la portavoz del Instituto Hondureño de Turismo, Nora Schauer.
Schauer no precisó la fecha de entrada en operaciones del nuevo muelle, cuya construcción está avanzada en un 90 %, aunque los responsables del proyecto aseguran que este mismo año recibirá 10 cruceros.
La idea es convertir a Trujillo en el segundo destino de cruceros turísticos más importante del país centroamericano después de la Isla de Roatán, que recibió entre noviembre y abril pasados, durante la temporada alta de cruceros, unos 915,000 pasajeros a bordo de más de un centenar de embarcaciones, indicó Schauer.
Las aguas cristalinas y hermosos arrecifes de coral son unos de los mayores atractivos de Roatán, donde funcionan dos muelles para cruceros, uno estatal y otro privado, éste último el que más barcos recibe.
Schauer destacó que el proyecto de Trujillo también es otro ejemplo de la confianza de los empresarios nacionales y extranjeros para invertir en la creciente industria turística de Honduras.
En 2012 los ingresos por turismo sumaron unos 650 millones de dólares, mientras que en 2013 se prevé que superen los 700 millones, según las autoridades del sector.
El arquitecto encargado del diseño y la construcción del puerto en Trujillo, Dino Rietti, comentó a los periodistas que solamente en el muelle se han invertido unos cuatro millones de dólares.
Añadió que además del muelle, con capacidad para grandes buques, el proyecto incluye alrededor de una decena de edificios para centros comerciales y un restaurante frente a la playa.
Lo importante es que «Trujillo ya aparece como destino mundial, por lo que le damos gracias a Dios», y este año se espera la llegada de diez grandes cruceros al nuevo muelle, comentó Rietti.
El proyecto incluye un pequeño tren que llevará a los turistas por los sitios más importantes que tiene Trujillo, antigua capital de Honduras que guarda una rica herencia colonial.
Se espera que la ciudad, que también conserva el fuerte de Santa Bárbara, construido por los españoles y que mantiene varios de sus cañones apuntando al mar, se convierta en el primer puerto exclusivamente para cruceros en tierra firme en el Caribe hondureño, aseveró el arquitecto.
Trujillo, que se localiza en el caribeño departamento de Colón, es un emplazamiento rodeado de mucha belleza natural que al norte tiene una impresionante bahía mientras que al sur se levantan las montañas de Capiro y Calentura.
Un viejo cementerio del siglo XVIII es donde está enterrado el filibustero estadounidense William Walker, nacido en mayo de 1824 y fusilado en Trujillo el 12 de septiembre de 1860.
Los filibusteros eran los piratas que en el siglo XVII no se alejaban de las costas del Mar de las Antillas y saqueaban sus poblados, y Walker, el más reconocido de ellos, intentó apoderarse de Centroamérica pero fue derrotado por un Ejército comandado por el prócer nicaragüense José Dolores Estrada (1792-1869).
Trujillo también alberga la laguna de Guaimoreto, un refugio de vida silvestre, y cuenta con la herencia cultural de los afrodescendientes, entre muchos otros atractivos.
La quietud del mar y las playas blancas de Trujillo hacen de esta ciudad un lugar que invita a descubrirla con sus atractivos locales y los de comunidades vecinas como las de la etnia garÃfuna (negros), que este mes están conmemorando 216 años de la llegada a Honduras de los primeros afrodescendientes.