El director regional para las Américas de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Carlos Vogeler, ha solicitado a los países que conviertan a la industria turística en un «pilar estratégico», por su potencial de creación de empleo, generador de negocio y por ser «el gran impulsor del modelo socioeconómico».
Vogeler, quien ha participado en la inauguración de la octava edición del Salón Internacional de Turismo, Arte y Cultura, Euroal 2013, que se celebra en el Palacio de Congresos del municipio malagueño de Torremolinos, ha afirmado que en el mundo hay 200 millones de desempleados, siendo necesaria la creación de 600 millones de empleos en la próxima década.
El turismo está, a su juicio, entre «esas determinadas fuerzas que pueden ayudar a mejorar las condiciones de vida». Así, ha lamentado que existan políticas «que restringen el desarrollo del transporte aéreo», impuestos al turismo «que son demasiado frecuentes y que limitan la capacidad de inversión», así como la lentitud en la tramitación de visados, «que obstaculizan millones de viajes».
Para Vogeler, el turismo tiene «un enorme poder para transformar el escenario económico», además de considerar que la nueva economía tiene a esta industria turística «en su centro neurálgico». En este punto, ha añadido que genera «empleos decentes», de hecho, según la Unión Europea, en la última década el ritmo de crecimiento anual de esta variable ha sido «siempre superior al del empleo en general».
El representante de la OMT ha sostenido durante su intervención que el turismo creció alrededor de un cuatro por ciento a nivel mundial, con 1.000 millones de viajeros en 2012 y unos ingresos de 1.075 millones de dólares, «unas cifras importantes, con incidencia en la vida real porque significa empleos, oportunidades de negocio para pequeñas y medianas empresas, la renovación de áreas urbanas y rurales y la conservación y promoción del patrimonio natural y cultural de los países».
Si en el año 1950 sólo viajaban 25 millones de personas a nivel internacional, para 2030 se espera que sean 1.800 millones de turistas los que crucen fronteras: «cada vez menos los destinos escapan a la curiosidad e interés de los visitantes». Además, ha resaltado que América Latina vive la etapa «de mayor estabilidad política de la historia», lo cual incrementa su atractivo turístico.