¿Cuántos habitantes de esta tierra o visitantes son capaces de apreciar el patrimonio paleontológico de la Región de Magallanes y Antártica Chilena y vislumbrar la riqueza de entre 130 y 66 millones de años de historia? Lamentablemente, pocos, pero ello comenzará a cambiar.
Con mucho orgullo, el Instituto Antártico Chileno finalizó la semana pasada, en la Contraloría General de la República el proyecto “Patagonia fósil”, que inició en enero de 2016 y que fue cofinanciado por la Corporación de Fomento de la Producción, lo que representó una inversión de 180 millones de pesos.
Durante este tiempo, un centenar de profesionales se capacitó en turismo de intereses especiales, que resumió diez años de investigaciones paleontológicas en esta guía, que -al decir del director del Inach, Marcelo Leppe- “es un proyecto de genuina transferencia tecnológica”.
“Tenemos unidades en el Inach que han estado trabajando en el patrimonio paleontológico regional, descubriendo los secretos que están en las rocas de la región y de Antártica, develando la historia de la era de los dinosaurios y poniendo en valor la conexión de Sudamérica con Antártica”.
A esta información científica se le dio un valor agregado al relato turístico de la región, que de acuerdo a Leppe, “estaba basado tradicionalmente en una idea sobre el paisaje, en la estética. Pero a nivel mundial hay experiencias que dictan y dicen que el turismo de intereses especiales o científico es uno de los que deja más recursos por cada una de las personas que las usan, pero además, generan permanencia más largas en los destinos”, acotó.
Con la capacitación de los profesionales se generó esta guía, un libro de bolsillo de más de 200 páginas, que permite visitar la región pero con una perspectiva de historia natural, con un relato que contiene entre 130 y 66 millones de años de historia, y que además cuenta la riqueza paleontológica de la región.
“Esto es muy importante, porque en realidad no existen textos regionales que cuenten parte de esta historia, entonces está construido de manera bastante amena. Lo otro es que ensayamos un equipo de trabajo en donde hay traductores de contenido, personas que no han trabajado antes asociadas a ciencia y que hicieron un gran esfuerzo para generar un tremendo producto, que incluye un libro, una aplicación y una página web, así como hitos físicos en dos lugares, uno en Cerro Guido y otro en Punta Carrera; la idea es confinar y mantener los límites de esta cuenca de la era de los dinosaurios”, recalcó el director del Inach.
Pero además, Marcelo Leppe ve en “Patagonia fósil”, un aporte al conocimiento no solamente de los visitantes, pues “nos dimos cuenta en el camino, que este libro y el material que estamos generando, tenía una tremenda utilidad en el sector de educación, por lo que hemos estado hablando con varias autoridades, como el seremi de Educación y vemos que en el futuro cercano esto podría ser incluido dentro del currículum escolar”.
Una mirada diferente
Sobre la diferencia entre el turismo convencional y el de intereses especiales, Marcelo Leppe establece que este último “va evolucionando en el tiempo y al ir mutando va ofreciendo nuevos atractivos, un nuevo relato y esta construcción del nuevo relato va avanzando con la ciencia, por lo tanto, es un círculo virtuoso, donde la ciencia avanza y donde también va avanzando un relato que se convierte en comoddities”.
Magallanes es una tierra que, por su extensión, aún mantiene muchos secretos, por lo que una guía que permita ir develando estos misterios no representa, para Leppe, una preocupación respecto de un aumento en la masividad de los visitantes…