"Tenemos que hacer algo para que el europeo crea que Punta del Este vale la pena; todo el mundo tiene aspiraciones de conocer el mundo y hay que buscar la forma de ser más competitivo", señaló el experto en turismo Roberto Bennet, en referencia al principal balneario uruguayo y motor de la economía del departamento de Maldonado.
"¿Cómo queremos que sea Punta del Este?", preguntó Bennett a una audiencia de empresarios de turismo y jerarcas públicos durante el primer desayuno del año de Cipetur: "¿Como Cannes, Mar del Plata, Benidorm o Mónaco?".
Roberto Bennett, consultor de Naciones Unidas y de múltiples empresas internacionales, hizo referencia en una reciente charla a cómo quiere Uruguay que sea el Punta del Este del futuro.
Según el consultor "nadie elige un balneario por la edificación sino por la naturaleza, el ambiente, las opciones de entretenimiento".
En su opinión, "deberíamos invertir tiempo y dinero en volver a traer figuras de primer orden mundial para que el mundo sepa que allí van los famosos, es algo que Punta del Este debe recuperar".
Sobre esto puso como antecedente los festivales internacionales de cine que hicieron famoso al balneario uruguayo en los veranos de la década de 1950, impulsados por Mauricio Litman, uno de los principales gestores del destino turístico. Posteriormente, en las décadas de 1990 y 2000, celebridades como Antonio Banderas y Melanie Griffith o la modelo Naomi Campbell volvieron a poner a Punta del Este en la mira de los paparazzi.
De hecho, hasta el día de hoy se menciona el nombre de Campbell como vinculada a Punta del Este cuando hace ya varias temporadas que no visita Uruguay. Uno de los más recientes habitués que ha sumado el destino uruguayo es Lars Ulrich, el cantante del grupo de rock Metallica.
Bennet señaló, en el primer desayuno del año de Cipetur, que el turismo cambia "porque los hábitos se modifican y el turista tiene más opciones, ha estado expuesto a otras culturas y tiene cada vez más posibilidades de viajar a zonas lejana".
"Debemos apostar por un turismo de calidad y no de cantidad, tener un gran número de visitantes no es una garantía de éxito, hay que procurar aumentar el gasto por cabeza", manifestó el consultor. Como ejemplo puso el descenso en el gasto per cápita de los turistas de cruceros, que entre 2012 y 2013 se redujo 22% para instalarse en US$ 46 y sumar menos de US$ 20 millones en divisas, cuando se reciben más de 400.000 visitantes por esta vía.
"La competencia es cada vez más dura, hay muy buenos hoteles, destinos y servicios en toda América Latina", expresó Bennett, proponiendo estimular nichos como el turismo religioso y cultural, así como el segmento histórico, porque no tienen estacionalidad.