Las multitudes que inundan los más famosos destinos turísticos de Europa están desatando violentas reacciones de vecinos y activistas, que van desde protestas y mensajes de «go home» hasta intimidación física.
A lo largo del sur de Europa, desde los atochados bulevares de Barcelona hasta las hordas que desembarcan en la croata Dubrovnik, los residentes reclaman cada vez más que el alza del turismo está volviendo sus vidas intolerables. La reacción ha levantado preocupación porque se trata de uno de los grandes motores económicos de la región.
Debido a esto, las autoridades se decidieron a actuar. Mientras Roma está considerando limitar el número de visitantes en algunos lugares de la llamada Ciudad Eterna, como la famosa Fontana di Trevi. La medieval Dubrovnik planea poner un tope a la cantidad de cruceros que llegan a la ciudad y Barcelona delinea un nuevo impuesto al turismo.
Por su parte, en Venecia, el mes pasado los vecinos marcharon entre una multitud de visitantes para protestar contra el turismo descontrolado. Llevaban un cartel que rezaba «mi futuro es Venecia»…